Después de 17 años de investigación enfocados en el estudio de diferentes especies gramíneas, leguminosas y sus mezclas como cultivos de cobertura, el INTA Cañada de Gómez -Santa Fe- comparte los beneficios de su implementación en sistemas agrícolas. Los cultivos de cobertura no solo disminuyen la erosión hídrica y controlan las malezas, sino que también aumentan la productividad de los cultivos de renta y contribuyen a la sostenibilidad del sistema, al balancear el agua del suelo y al incremento de captura y almacenamiento de carbono.
En ensayos realizados en colaboración con productores y técnicos de la región, se determinó que la combinación de gramíneas y leguminosas aporta mayor biomasa, destacándose especies como Vicia sativa y Vicia villosa que proveen más nutrientes al suelo. La incorporación de estos cultivos de cobertura se ha probado en secuencias de cultivos de verano, especialmente en soja y maíz, siendo estos los cultivos más comunes en la región.
Julia Capurro, especialista en cultivos de cobertura, resalta que la inclusión de estos cultivos brinda ventajas notables, y en conjunto con los resultados de sus estudios, el INTA busca promover una agricultura sostenible y altamente productiva, cuidando el recurso suelo y aumentando la captura y almacenamiento de carbono para un futuro más sustentable.