En Mato Grosso, las lluvias recurrentes han retrasado significativamente las labores, generando riesgos para la calidad del grano y complicando la siembra de cultivos de segunda cosecha.
En Rio Grande do Sul, las áreas sembradas en octubre han sufrido pérdidas irreversibles de productividad debido al déficit hídrico. Paraná enfrenta problemas similares, con cultivos en etapa de llenado de granos afectados por el clima seco y altas temperaturas.
En Goiás, la cosecha avanza en zonas irrigadas, pero en áreas de temporal depende de la disminución de las lluvias. Minas Gerais inició la cosecha en el noroeste, aunque las lluvias excesivas limitan el ritmo. En el noreste, Bahía y São Paulo muestran condiciones favorables, mientras que en Tocantins, las precipitaciones dificultan el avance.
La primera cosecha de maíz en Brasil alcanzó el 4,4%. Minas Gerais reporta cultivos en buenas condiciones, aunque el exceso de lluvias afecta la polinización en el noroeste del estado.
Rio Grande do Sul, beneficiado por el clima seco, registra buenos resultados en las áreas cosechadas, pero la falta de agua afecta los cultivos en floración y llenado de granos. En Santa Catarina, la productividad inicial es prometedora, aunque el estrés hídrico comienza a incidir negativamente.
Bahía presenta un desarrollo favorable en el Oeste, pero el Centro Norte y el Sur experimentan déficits de lluvias. En Maranhão, la siembra de maíz se intensifica gracias a la regularización de las precipitaciones.
Arroz: inicio lento de la cosecha
La cosecha de arroz avanzó un 0,5% de la superficie cultivada. En Rio Grande do Sul, la falta de lluvias ha reducido el agua en los embalses, exigiendo riego intermitente. En Santa Catarina, la radiación solar favorece los cultivos en fase reproductiva, aunque algunas zonas enfrentan bajas temperaturas.
En Tocantins, la cosecha comenzó en áreas bajas, mientras que en Goiás, los cultivos de pivote central muestran buen desarrollo pese a la incidencia de enfermedades fúngicas.
Frijol: avances y complicaciones climáticas
La primera cosecha de frijol cubre ya el 32,5% del área sembrada. En Paraná, el clima seco permitió cosechar el 75% del área, mientras que en Minas Gerais las lluvias frecuentes dificultaron las labores y afectaron la calidad de los granos debido a brotes en las mazorcas.
En Santa Catarina, la productividad es alta, mientras que en Rio Grande do Sul el estrés hídrico afecta el potencial productivo. En Goiás, las lluvias intensas en algunas regiones han provocado problemas como el moho blanco, comprometiendo la calidad de los granos.
El monitoreo de cultivos de la Conab evidencia los contrastes en las regiones agrícolas de Brasil. Desde retrasos por lluvias hasta estrés hídrico, los desafíos climáticos siguen marcando el ritmo de las cosechas en 2025.