La región pampeana viene luchando contra una sequía implacable. Sin embargo, un rayo de esperanza emerge en el horizonte, ya que los pronósticos meteorológicos anticipan lluvias escasas a moderadas para los primeros días de septiembre. Según los expertos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), esta señal positiva podría marcar un cambio en el patrón pluvial que viene afectando al país.
La sequía, se sabe, ha sido implacable, con regiones como la oeste que sigue enfrentando condiciones de sequía extrema y reservas de agua escasas en la franja central, que se están extendiendo hacia el este. Grandes extensiones de tierra en provincias como Córdoba, Santiago del Estero, Chaco y partes de Buenos Aires y Santa Fe se encuentran en una situación crítica con escasez de agua útil en el primer metro del suelo. Esta situación ha puesto en peligro la siembra de cultivos esenciales como el maíz y el trigo.
El panorama sombrío se agrava por el aumento de los costos en los últimos meses, lo que ha ejercido presión adicional sobre los agricultores. La siembra de maíz, que debería comenzar en breve, se encuentra en riesgo debido a la falta de condiciones adecuadas en muchas áreas. Además, el trigo ha sufrido un deterioro significativo, con aproximadamente el 20% en condiciones regulares. Para evitar un colapso en el potencial de rendimiento, se requiere lluvia antes del 15 de septiembre.
Sin embargo, los modelos de pronóstico ofrecen un atisbo de esperanza. Entre el 1 y el 8 de septiembre se prevén lluvias con acumulados de 10 a 35 mm, con posibles incrementos puntuales. Las regiones más beneficiadas serían el este del país, incluyendo Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, así como el sector noreste. Aunque las lluvias también podrían alcanzar partes de La Pampa y el sureste de Córdoba, estas áreas aún enfrentan una oferta limitada de agua.
El consultor Alfredo Elorriaga resalta la importancia de este pronóstico, ya que representa un cambio en la situación previa. Hasta hace poco, no se esperaban lluvias para septiembre, pero ahora se prevén precipitaciones significativas para Argentina, coincidiendo con patrones similares en Perú y Brasil. Aunque la cautela es prudente debido a la angustia causada por la sequía, esta señal de cambio en el patrón pluvial ofrece un respiro anhelado para el sector agrícola.
A medida que agosto llega a su fin, la región pampeana se despide con heladas generalizadas que han agravado la situación. Las mínimas extremadamente bajas registradas a finales de agosto en la provincia de Buenos Aires, así como en otras áreas, subrayan la necesidad urgente de lluvias para restaurar la vitalidad de la tierra y revitalizar los cultivos que han estado luchando contra condiciones adversas.