Esta merma refleja no solo el impacto de la inflación y el ajuste de gastos en los hogares, especialmente notorio con el inicio del ciclo lectivo, sino también un cambio en las preferencias de consumo hacia carnes más económicas, como la de cerdo.
La situación de la industria cárnica es de alarma, con ventas estancadas y una reducción en la demanda que obliga a los comerciantes a reconsiderar sus estrategias de precios. "La calle está muy tranquila, la venta está planchada", comenta Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya), destacando que el sector se ve obligado a regular los precios para no perder ventas.
El análisis de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) revela que este retroceso en el consumo se acompaña de una contracción del 8,2% interanual en el consumo aparente de carne vacuna durante el primer bimestre de 2024. La industria enfrenta el desafío de adaptarse a una demanda decreciente, en un contexto donde la carne de cerdo gana terreno por su menor costo.
A nivel de precios, el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) informa variaciones que reflejan la tensión en el mercado: un aumento del 4,2% en los cortes de carne vacuna en febrero de 2024 respecto al mes anterior, contrastando con los ajustes en los precios de otras carnes.
En el ámbito internacional, las exportaciones también muestran signos de desaceleración, con una leve disminución del 2,4% respecto a diciembre pasado y un mercado exportador que ajusta su ritmo ante la fluctuación de los tipos de cambio. Pese a un incremento del 13,5% en las ventas al exterior en comparación con enero de 2023, el sector exportador enfrenta desafíos relacionados con la rentabilidad y la competencia de precios en el mercado global.
Con un ingreso de divisas por exportaciones que alcanzó los US$224,7 millones en enero, superando los números del año pasado, la industria cárnica se encuentra en un momento crítico, buscando equilibrar la oferta y demanda en un contexto económico adverso. La expectativa está puesta en la estabilización de la economía y una posible recuperación del consumo interno, aunque el camino hacia la normalización se presenta complejo y lleno de incertidumbres