Una severa sequía ha disminuido los niveles de agua en un lago cercano, esencial para el funcionamiento del canal, llevando a restricciones de tonelaje y a una disminución en el número de buques que pueden cruzar diariamente.
Impacto en el Tráfico Marítimo: Según el monitor de congestión PortWatch del FMI, el número de embarcaciones que cruzan el canal ha disminuido en cerca de un tercio desde el 1 de agosto, situándose en 22 buques por día. Se anticipa que esta cifra disminuya aún más, llegando a 18 cruces diarios para el 1 de febrero, según Clarksons Research.
Alternativas Costosas: Ante esta situación, las compañías navieras, como Hapag-Lloyd, están optando por desviar sus barcos, ya sea pagando tarifas elevadas para evitar las filas o navegando distancias mucho mayores alrededor de Sudamérica, África o a través del Canal de Suez. Estas opciones adicionan costos significativos y complican los esfuerzos globales para controlar la inflación.
Perspectivas Futuras: La situación es probable que empeore en los próximos meses, con Panamá entrando en su estación seca, que normalmente dura de diciembre a abril o mayo. Las restricciones de tránsito podrían mantenerse vigentes por un tiempo prolongado, posiblemente hasta el segundo semestre de 2024 o después, según un informe de Clarksons.
El Canal de Panamá, una vez un eficiente atajo entre América, Asia y otras regiones, ahora se enfrenta a un desafío sin precedentes, lo que destaca la necesidad urgente de adaptación y soluciones frente al cambio climático y sus impactos en la infraestructura crítica global.