En una serie de ataques que han desatado una grave crisis alimentaria y tensión geopolítica, Rusia ha sido acusada por Ucrania de atacar intencionalmente las terminales e infraestructuras de granos en el estratégico puerto de Odesa, ubicado en el Mar Negro. Las acusaciones señalan que el objetivo principal de estos ataques es evitar que Kiev envíe sus exportaciones de granos desde esta ubicación.
Estos ataques se producen justo después de que Rusia abandonara un acuerdo previamente establecido, el cual permitía el paso seguro del grano ucraniano a través del Mar Negro. Como resultado de esta acción, el mercado de granos ha respondido con preocupantes subas, ante la incertidumbre que generan los ataques en la región del Mar Negro, una de las principales rutas de exportación de alimentos.
El acuerdo de granos del Mar Negro, que fue alcanzado en julio del año pasado, tenía como objetivo hacer frente a la crisis alimentaria mundial que se agravó debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y al bloqueo impuesto en los puertos ucranianos.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, ha manifestado que a pesar de los ataques, el acuerdo de granos del Mar Negro podría seguir adelante sin la participación de Rusia. En respuesta a la situación, ha ordenado al ejército de Ucrania fortalecer la protección de la infraestructura portuaria y ha instado al Ministerio de Relaciones Exteriores a intensificar los contactos con socios internacionales para aumentar la presión sobre Rusia y garantizar la continuidad de las exportaciones de granos.
El Ministerio de Comunidades, Territorios y Desarrollo de Infraestructura de Ucrania ha confirmado los ataques a las terminales de granos y la infraestructura portuaria en Odesa y cerca de Chornomorsk. Grandes compañías de comercio y transporte de granos, tanto internacionales como ucranianas, como Kernel, Viterra y CMA CGM Group, han reportado daños significativos en sus instalaciones.
Andriy Yermak, jefe de la oficina de Zelenskiy, ha acusado a Rusia de buscar crear problemas y hambre en los países del Sur Global, con el fin de desencadenar una crisis de refugiados hacia Occidente.
Por su parte, Rusia ha establecido un ultimátum a las Naciones Unidas, otorgándoles tres meses para implementar los términos de un memorándum que facilitaría las exportaciones agrícolas rusas. En caso de no cumplir con este plazo, Rusia amenaza con no reanudar las conversaciones sobre permitir el reinicio de las exportaciones de granos de Ucrania.
La situación sigue siendo tensa y con un impacto significativo en el suministro mundial de alimentos, generando preocupación en el mercado y entre los países involucrados en esta disputa.