La consultora Zorraquin+Meneses señala varias razones que podrían llevar a los productores a retener sus granos, a pesar de que la lógica estacional sugiere que a partir de abril, con el avance de la cosecha, debería haber un incremento en el flujo de divisas.
El Gobierno, marcando en rojo el mes de marzo en su calendario, anticipa el inicio de la cosecha gruesa, y con ella, un posible aumento en el flujo de divisas. Este flujo es crucial para la economía nacional, y la expectativa es que represente una significativa "lluvia de agrodólares". Sin embargo, la incertidumbre persiste: ¿Será una verdadera lluvia o apenas un goteo?
LOS DÓLARES DEL CAMPO La consultora Zorraquin+Meneses, en su informe "Apuntes para empresas", aborda este tema crucial. Las proyecciones sugieren una cosecha gruesa históricamente alta, pero varios factores complican el panorama:
El vaivén de las retenciones: Los rumores sobre un posible aumento de retenciones afectan instantáneamente el precio spot. Los productores, ante la incertidumbre, posponen la venta, esperando un panorama más claro.Tipo de Cambio: La creciente brecha cambiaria y las especulaciones sobre una devaluación promueven la retención por parte del productor.Alternativas de inversión o colocación: La falta de opciones de inversión con tasas positivas respecto a la inflación desincentiva la venta, especialmente si las alternativas tradicionales (insumos, maquinaria, etc.) han aumentado sus precios de forma desproporcionada.
Endeudamiento: El endeudamiento para la campaña actual, en pesos y dólares, influye en la decisión y el momento de la venta.
Rumbo de la economía: La incertidumbre sobre la dirección y éxito de la economía motiva a los productores a retener la mercadería como forma de proteger su patrimonio.
Próxima campaña: Incertidumbres sobre la próxima campaña, como precios internacionales en baja, sequías afectando cultivos, y posible aumento de retenciones, generan dudas y retrasan las ventas.
La consultora indica que un indicador de este panorama es la baja actividad en las ventas o fijaciones de precios (forward) de maíz y soja antes de la cosecha, y en cultivos ya cosechados como el trigo.
Para que los dólares del campo fluyan en cantidad durante abril y mayo, se necesitan incentivos tanto internos como externos. Los incentivos internos se refieren a señales claras y reglas de juego establecidas por el gobierno. Aunque pueda ser prematuro demandar esto dado el poco tiempo de las nuevas autoridades en el gobierno, Zorraquin+Meneses enfatiza que estas circunstancias impactan significativamente en las decisiones a nivel empresarial.
En conclusión, mientras la cosecha marca un período de gran importancia para la economía, los productores se enfrentan a un entorno complejo y desafiante que podría influir en la velocidad y volumen del flujo de divisas del campo al mercado.