El triunfo de Lula Da Silva en las elecciones presidenciales en Brasil genera incertidumbre en los importadores brasileños, lo que impacta directamente en el sector agroexportador de Uruguay: desde el temor de mercados paralizados a la espera de que las actividades en el país vecino se retomen hasta mayores expectativas de inversión, las predicciones de empresarios y productores están atadas al panorama brasileño.
Desde la Asociación Agropecuaria de Artigas esperan que el paso de los días traiga más tranquilidad a los empresarios brasileños para poder realizar la famosa exportación en pie. Esto se debe a que Brasil adquiere animales que la industria nacional descarta: por ejemplo, los ejemplares que pesan más de 48 kilos -situación actual debido a que los lanares están más pesados que otros años debido a la seca- no son faenados en el mercado uruguayo.
Asimismo, el precio de exportación ovina no ha bajado demasiado, por lo que hay expectativa de que, una vez se reactive la actividad en Brasil, se recompongan los precios en Uruguay en un contexto de déficit fiscal mínimo; pero también de caída en las exportaciones , frente a una menor compra de carne bovina por parte de China.
Los empresarios también están a la espera de lo que suceda en el país vecino y lo que pueda suceder con los negocios de campos. Figuras como Gerardo Zambrano, director de Zambrano y Cía, contemplan la posibilidad de que los sectores productivos bolsonaristas se inclinen a invertir en Uruguay frente al triunfo de Lula.
Sin embargo, respecto del precio de los campos hay una diferencia para nada menor, ya que la inversión en tierra por parte de extranjeros va más allá de la seguridad jurídica que da el país: busca también una rentabilidad mínima. En ese sentido, el cambio de valores complican la situación.
Brasil es el segundo socio comercial de Uruguay. El año pasado, el 16% de las exportaciones de bienes uruguayos fueron con destino a ese país, solo por debajo de China (28%).