Mendoza viene desarrollando desde hace seis temporadas una estrategia activa para el control de Lobesia botrana, de manera de evitar que esta plaga impacte en la producción.
El plan para grandes extensiones se sustentará en esta campaña en el empleo de herramientas de control como la Técnica de Confusión Sexual, basada en el uso de feromonas del tipo "pulverizables", a lo que se sumará la aplicación de insecticidas específicos de bajo impacto ambiental.
La campaña también incluirá acciones de control preventivo y de monitoreo de la dinámica poblacional del insecto.
Para esta campaña se ha proyectado, con fondos provinciales, el Servicio de Tratamientos Aéreos para 96.700 hectáreas de cultivos, empleando productos insecticidas específicos y de bajo impacto ambiental, como también feromonas pulverizables.
Asimismo, productores de uva de mesa y ciruelas cuya exportación tiene como destino Brasil han sido asistidos con difusores de feromonas para 1.000 hectáreas, a fin de favorecer el cumplimiento de las exigencias sanitarias que establecen los protocolos de comercialización.
Por otro lado, y a la espera de fondos nacionales, se planea extender las aeroaplicaciones en 120.000 hectáreas, lo que permitiría mayor cobertura para el control de la primera generación de la plaga, de fundamental importancia, hacia el resto de la campaña.
El combate contra esta plaga se inició en 2016, con la premisa de un manejo integrado, que supone la combinación de procedimientos, técnicas y herramientas para lograr resultados óptimos con el menor impacto en el ambiente.