Con una inversión de más de 6 millones de dólares y la creación de 120 empleos directos, la multinacional estadounidense Gowan inauguró en Rionegro, Antioquia, lo que promete ser la planta de extracción y formulación de bioinsumos más grande del país.
El objetivo inicial es producir unas 650 toneladas anuales de bioinsumos, obtenidos del procesamiento de materia vegetal, los cuales están destinados a revolucionar el manejo integrado de enfermedades en cultivos variados como arroz, aguacate, banano, y más. Mark Jessen, jefe de regiones de Gowan, ve en esta planta la oportunidad de consolidar a Colombia como el epicentro global para los biorracionales de la empresa, abasteciendo a más de 80 países.
El mercado colombiano se enfrenta al desafío de promover la producción y uso de bioinsumos, como parte del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2022-2026, enfocándose en tecnologías y prácticas sostenibles. La creciente demanda de estos insumos biológicos, acelerada por la escasez y alza de precios de los fertilizantes químicos, ha llevado a agricultores y empresas a considerarlos como una alternativa viable.
Según un informe de Corficolombiana, hay 142 registros de empresas que fabrican bioinsumos en Colombia, destacando el uso en cultivos como arroz, tomate y café. Sin embargo, el país enfrenta retos significativos, siendo un importador neto de fertilizantes y plaguicidas, con el 75% proveniente del extranjero, incluyendo Rusia.
La transición hacia insumos más sostenibles es vista como una necesidad para mantener la competitividad del agro colombiano y asegurar la seguridad alimentaria. Aunque los bioinsumos no reemplazan por completo a los agroquímicos tradicionales, ofrecen una oportunidad para reducir la dependencia de importaciones y mejorar la autosuficiencia en producción agrícola.
Para convertirse en un referente global en la fabricación de bioinsumos, Colombia debe superar desafíos regulatorios y tecnológicos, incluyendo la necesidad de dictámenes técnicos ambientales y el desarrollo de infraestructura adecuada para escalar procesos de producción. Además, es crucial capacitar al personal técnico y garantizar la seguridad, calidad y eficacia de los productos para motivar su adopción por parte de los agricultores.