El mes de febrero traerá algunas lluvias a la zona núcleo, lo que podría significar un leve alivio para los cultivos más afectados por la sequía. Sin embargo, la falta de precipitaciones en las últimas semanas y el aumento de temperaturas han deteriorado considerablemente la soja y el maíz, con registros muy por debajo de los promedios históricos.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), un sistema frontal provocará algunas lluvias aisladas entre el martes 4 y el miércoles 5 de febrero. No obstante, las precipitaciones serán escasas y estarán acompañadas de un ascenso térmico, con temperaturas que podrían superar los 38 °C en la zona núcleo.
El impacto de la sequía en la producción agrícola
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires advirtió que más del 30% de las áreas sembradas con soja y maíz muestran valores muy bajos en comparación con los últimos cinco años. La región más afectada es el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe, donde la condición de la soja en estado normal a excelente bajó al 50%.
En cuanto al maíz, solo el 58,6% de los cultivos se encuentran en condiciones normales a excelentes, un descenso significativo respecto al 91,8% de la campaña anterior. La falta de lluvias durante el período crítico redujo el llenado de granos, afectando el potencial de rendimiento.
La situación se repite en el núcleo sur, Entre Ríos y el oeste de Buenos Aires, donde la escasez hídrica obligó a ajustar las estimaciones de producción. La proyección de cosecha de soja se redujo en un millón de toneladas, situándose ahora en 49,6 millones de toneladas. El maíz también sufrió un ajuste a la baja, con una nueva estimación de 49 millones de toneladas.
En contraste, algunas regiones han logrado sobrellevar mejor la crisis hídrica. En el centro y norte de Córdoba, donde se concentra el 12% del maíz y el 11% de la soja del país, las lluvias han permitido mantener el 100% de los cultivos en condiciones normales a excelentes.
El girasol, una excepción en la crisis climática
A pesar de la sequía, el girasol ha mostrado buenos rendimientos, con un promedio de 20,5 quintales por hectárea y picos de hasta 27 quintales en el norte de Santa Fe. La cosecha, aunque retrasada por la falta de humedad en la siembra, avanza con expectativas favorables.
Se esperan nuevas precipitaciones en los próximos días en el NOA, Santa Fe y Córdoba, lo que podría contribuir a sostener los cultivos en las zonas con mejores condiciones. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto y febrero será clave para definir el resultado final de la campaña agrícola.