Se espera que las condiciones climáticas vuelvan a la normalidad en el otoño del hemisferio sur, con impactos moderados en las precipitaciones y temperaturas globales.
Luego de siete meses de incertidumbre, finalmente en diciembre de 2024 la NASA y la NOAA confirmaron que La Niña había llegado. Sin embargo, su impacto será débil y de corta duración, según las proyecciones climáticas oficiales. Se espera que las condiciones vuelvan a la normalidad en el otoño del hemisferio sur, entre marzo y mayo de 2025.
La Niña showed up in early December 2024, but it may not stick around long.
— NASA Climate (@NASAClimate) February 10, 2025
The climate pattern tends to bring cooler, drier weather and is also associated with lower-than-average sea levels in the central and eastern Pacific Ocean. https://t.co/KaQpwYCvaK pic.twitter.com/mJrKoBx57a
Según explicó Josh Willis, oceanógrafo del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, el evento de La Niña actual es menos intenso que el de 2010-2011, cuando la temperatura del Pacífico tropical cayó 1.6 °C por debajo del promedio. En cambio, este año, la anomalía térmica no supera los -0.7 °C y se prevé que no llegue a -1 °C, el umbral que define una intensidad moderada.
Los océanos desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima terrestre, ya que las corrientes y temperaturas marinas afectan la formación de nubes y las precipitaciones. En un evento de La Niña, los vientos del Pacífico se intensifican, desplazando el agua cálida hacia el oeste y permitiendo el ascenso de aguas frías frente a la costa de Sudamérica. Esto suele traer sequías en Argentina y Brasil, mientras que Indonesia y Australia registran lluvias por encima de lo normal.
En América del Norte, se espera que la corriente en chorro se desplace más al sur, favoreciendo inviernos más fríos y tormentosos en el noroeste de EE.UU., mientras que el sur y México experimentarían temperaturas más cálidas y secas.
Los últimos informes del Centro de Predicción Climática (CPC) de la NOAA indican que La Niña permanecerá débil y que las condiciones climáticas normales (neutras) se restablecerán en los próximos meses. Se espera que este fenómeno tenga poco impacto en las temperaturas globales, aunque puede influir en algunas zonas con déficit o exceso de lluvias.
Bajo condiciones La Niña, los fuertes vientos sobre el Pacífico desplazan el agua caliente del mar hacia el oeste, llevando también las lluvias en esa dirección.
A pesar de que La Niña suele enfriar la temperatura global, los efectos del calentamiento global han contrarrestado este fenómeno en los últimos años. De hecho, algunos de los años más calurosos de la historia, como 2010 y 2020, coincidieron con episodios de La Niña.
Los expertos continuarán monitoreando la evolución de este patrón climático en el Pacífico, ya que su variabilidad natural afecta la agricultura, el comercio y los patrones climáticos de todo el mundo.