El mejoramiento genético es un elemento fundamental para la sustentabilidad de los sistemas agrobioindustriales y el desarrollo socio-económico del país.
Específicamente, necesitamos mejorar genéticamente especies vegetales para dar respuesta a un planeta que demanda un aumento en la producción de alimentos sustentables y contribuir a la seguridad alimentaria global. Al mismo tiempo, mitigar el cambio climático, ser eficiente en el uso de los recursos naturales, preservar la biodiversidad de los agroecosistemas y reducir los impactos negativos sobre recursos naturales como el agua, el aire y el suelo.
Desde hace décadas, existe una falencia legislativa que no incentiva el desarrollo de especies vegetales mejoradas. Es necesario discutir el marco regulatorio sobre la Protección de Nuevas Variedades Vegetales (UPOV) para generar un sistema aggiornado, dinámico y efectivo que dé respuesta a las demandas locales, regionales y globales.
Hoy existe la oportunidad de poder avanzar en cambios que permitan mejorar las reglamentaciones en este sentido, con la convicción de contar con una mejor genética que va a beneficiar al país, a todos los integrantes de la comunidad agroalimentaria, y especialmente, a los productores agropecuarios.
Al mismo tiempo, vemos con preocupación, que sigan cayendo sobre el productor: costos, impuestos y DEX que terminan impidiendo el acceso a las tecnologías o impactan de manera desfavorable sobre la rentabilidad y sustentabilidad de los sistemas productivos y de los productores.