Las exportaciones de carne de Estados Unidos a China están en peligro. Más de 3.000 millones de dólares en envíos de carne de res, cerdo y pollo podrían verse afectados a partir de la próxima semana, debido a la expiración de registros de plantas cárnicas que aún no han sido renovados por las autoridades chinas.
A pesar de los reiterados pedidos de renovación por parte de EE.UU., decenas de plantas ya perdieron su certificación en febrero, lo que ha generado preocupación en la industria cárnica norteamericana.
Una crisis comercial que amenaza a gigantes del sector
Las instalaciones en riesgo incluyen plantas de los principales procesadores de carne, como:
JBS SA
Tyson Foods Inc.
Cargill Inc.
Smithfield Foods Inc.
Estos establecimientos fueron aprobados originalmente hace cinco años como parte del acuerdo comercial de Fase 1 firmado entre EE.UU. y China en 2020, durante la administración de Donald Trump. En dicho pacto, China se comprometió a comprar 200.000 millones de dólares en bienes estadounidenses para aliviar las tensiones comerciales.
Sin embargo, la falta de acción por parte de las autoridades chinas pone en riesgo la continuidad de estos negocios, lo que podría derivar en una suspensión total de las exportaciones de carne estadounidense al gigante asiático.
"Esto podría significar una restricción completa de exportaciones", advirtió Brett Stuart, socio fundador de la consultora Global Agritrends.
China responde con más restricciones mientras EE.UU. eleva aranceles
La incertidumbre en el sector cárnico se produce en un contexto de escalada en la guerra comercial. En su segundo mandato, Trump duplicó los aranceles a los productos chinos, llevándolos al 20%, lo que ha intensificado las tensiones con Beijing.
En respuesta, China impuso aranceles a una variedad de productos agrícolas estadounidenses, incluyendo:
Carne de res
Carne de pollo
Granos
Además, el gobierno chino ha iniciado una investigación sobre las importaciones de carne de res, con el objetivo de proteger su producción local. Esta medida no solo afectaría a EE.UU., sino también a otros proveedores clave como Brasil y Australia.
Joe Schuele, portavoz de la U.S. Meat Export Federation, calificó la situación como "crítica", ya que China es el segundo mayor comprador de carne estadounidense después de México.
"El USDA ha intentado, sin éxito, obtener una respuesta de China sobre la renovación de las certificaciones", explicó Schuele.
Una oportunidad para la industria cárnica china
El momento en que China pone en jaque las exportaciones de carne estadounidense no es casualidad. Actualmente, el país asiático enfrenta una sobreoferta de carne y una baja en el consumo interno, lo que ha impactado los precios de:
Carne de cerdo
Carne de res
Productos lácteos
Esta caída en la demanda ha provocado pérdidas en la rentabilidad de los productores chinos de cerdos y ganado, lo que refuerza su interés en limitar la competencia de importaciones extranjeras.
Mientras tanto, el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) señaló en un informe del 25 de febrero que algunos envíos de plantas sin aprobación vigente han sido autorizados por China, aunque no hay garantías de que esta práctica continúe.
Por su parte, las principales compañías cárnicas como Smithfield, Tyson, Cargill y JBS han evitado hacer comentarios públicos sobre la situación.
Si China no renueva las certificaciones a tiempo, la industria cárnica estadounidense enfrentará un duro golpe, con pérdidas millonarias y el riesgo de una disrupción total del comercio de carne entre ambos países.
Con la escalada de la guerra comercial y el intento de China de proteger su industria local, el futuro del sector cárnico de EE.UU. se encuentra en un escenario incierto, en el que la presión diplomática será clave para destrabar las autorizaciones.
Mientras tanto, la industria global de la carne sigue de cerca el desenlace de este conflicto, ya que su impacto podría generar cambios en los flujos comerciales internacionales.