Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, analizó el impacto de la reciente implementación de la Fase 3 del programa económico del Gobierno en el mercado de granos.
Esta fase incluye un nuevo régimen cambiario con bandas, el ingreso de divisas frescas, el inicio de la salida del cepo y la eliminación del dólar blend, entre otras medidas. "El nuevo esquema tiene implicancias profundas para la comercialización de granos, ya que introduce certezas en el plano cambiario, pero al mismo tiempo genera una baja en la capacidad teórica de pago de los exportadores", sostuvo Romano.
Con la eliminación del dólar blend, que permitía liquidar un 20% al tipo de cambio financiero (CCL), los exportadores pasan a ingresar el 100% de las divisas al mercado oficial, reduciendo en aproximadamente un 5% la capacidad de pago.
Según Romano, "eso implica una baja estimada de 15 dólares por tonelada para la soja y de 10 dólares para los cereales". A pesar de esta pérdida, quienes capturaron precios en dólares altos previo a los anuncios podrían verse beneficiados: "Aquellos que vendieron soja a 300 dólares por tonelada y maíz a 190, ahora pesificarán a un tipo de cambio superior y recibirán más pesos", explicó.
De acuerdo al análisis de Romano, la estimación promedio del nuevo tipo de cambio oficial ronda los 1.200 pesos por dólar, considerando modelos comparativos como la salida del cepo de 2015/16, el dólar cripto y el tipo de cambio real multilateral. "Si bien no hay certeza sobre cuánto subirá el dólar oficial, sí sabemos que ante una devaluación mayor al 5%, incluso quienes vendieron en pesos se encontrarán con una mejora en términos reales", detalló el especialista.
En relación a las ventas de los productores, Romano proyecta un mayor dinamismo en las próximas semanas: "Estamos en plena cosecha, con precios interesantes en pesos, cuentas por pagar y logística por ordenar. Todo indica que se viene una aceleración en el ritmo de ventas". A mediano plazo, las medidas del Gobierno podrían impulsar un entorno más favorable: "Más allá del efecto inmediato en los precios, la Fase 3 busca ordenar la macroeconomía.
Si eso se consolida, el contexto de negocios será más predecible y positivo para el agro", concluyó.