La situación se agrava en una época del año en la que las lluvias aumentan en los puertos del sur del país, lo que ha llevado a operadores y analistas a preocuparse por la logística y el transporte marítimo de productos clave.
Los exportadores reportan retrasos en los envíos de café debido a la escasa disponibilidad de camiones y contenedores, y los tiempos de espera para cargar los buques se han prolongado, generando costos adicionales y dificultades para cumplir con los plazos de entrega.
Este año, los puertos brasileños han manejado volúmenes sin precedentes, pero las lluvias en el sur, el aumento en la entrega de azúcar y la desviación de cargas de los puertos del norte al puerto de Santos debido a la sequía que afecta los niveles de agua del río Amazonas han ejercido presión adicional en el sistema.
Un destacado comerciante de café señaló los problemas con la disponibilidad de contenedores y cómo esto ha impactado en las exportaciones de café en septiembre. Además, la industria azucarera está utilizando una gran cantidad de contenedores, reduciendo aún más su disponibilidad.
El uso de contenedores para las exportaciones de azúcar aumentó un 86% en comparación con el año anterior, mientras que el número de contenedores utilizados para el café disminuyó un 5%, según el proveedor de datos de envío Datamar.
Para los buques graneleros, los tiempos de espera para cargar cargas han aumentado, lo que complica aún más la situación. La agencia naviera Williams informó que el tiempo de espera en la terminal azucarera CLI en Santos se ha extendido a 33 días en octubre, en comparación con 17 días en septiembre.
Los analistas de ING advierten que es probable que algunos envíos de azúcar programados para octubre se retrasen hasta noviembre.
A pesar de los retrasos, un director de uno de los principales exportadores de azúcar en Brasil señaló que los compradores ya estaban preparados para estos inconvenientes. Sin embargo, la situación podría complicarse si las fuertes lluvias se hacen presentes, ya que se esperan aguaceros intensos a partir del 28 de octubre, según los pronósticos. La industria de materias primas de Brasil se encuentra en un momento crucial mientras lucha contra los obstáculos logísticos y meteorológicos que podrían tener un impacto duradero en las exportaciones.