Ervino Kogler, productor brasileño del estado semiárido de Bahía, ya siente los efectos de las temperaturas extremas, que en 2023 provocaron una caída del 15% en su cosecha. "Cuando la temperatura ronda los 40°C y la humedad es muy baja, ni el riego ayuda a las plantas", afirma.
El estudio, liderado por Dan Bebber de la Universidad de Exeter, utilizó imágenes satelitales para evaluar regiones bananeras intensivas, destacando que las áreas más afectadas por el cambio climático serían Colombia y Costa Rica, mercados clave para exportaciones hacia Europa y Estados Unidos.
La investigación señala que las fincas bananeras suelen situarse cerca de puertos y centros urbanos, lo que dificulta su reubicación en áreas más aptas climáticamente. El sur de Brasil y Ecuador son excepciones donde las proyecciones climáticas muestran escenarios más favorables.
Soluciones en marcha: Para mitigar estos efectos, los científicos exploran alternativas como la creación de variedades de banano resistentes al estrés hídrico y térmico. Embrapa en Brasil ha desarrollado híbridos que consumen 25% menos agua, y en India, estudios indican que la exposición gradual a temperaturas elevadas podría generar una "memoria molecular" que fortalece la resistencia al calor.
Otra innovación destacada es el "protector solar" para plantas, desarrollado por Embrapa y una empresa privada. Este producto, aplicado por pulverización, demostró reducir hasta un 30% la pérdida de clorofila causada por altas temperaturas, mejorando así la resiliencia de las plantas.
Conclusión: El cultivo de banana enfrenta una seria amenaza climática, pero las soluciones tecnológicas y nuevas variedades ofrecen una luz de esperanza. Sin embargo, implementar estas estrategias requerirá esfuerzos coordinados y apoyo financiero para proteger uno de los cultivos más exportados del mundo