En un contexto internacional dominado por crecientes tensiones comerciales, la Comisión Europea (CE) confirmó este jueves su intención de presentar una versión final del acuerdo de libre comercio con el Mercosur antes del fin del verano boreal. El vocero de comercio del organismo, Olof Gill, afirmó que la revisión legal del texto "está en curso" y que se realiza con "gran minuciosidad".
La propuesta será elevada a los Estados miembro del bloque para su evaluación política. Gill adelantó que se mantendrá un "contacto continuado" con los gobiernos europeos para discutir lo que, desde Bruselas, consideran "clarísimas ventajas del acuerdo desde un punto de vista económico y geopolítico".
El funcionario también se refirió a uno de los temas más sensibles para los países europeos: el impacto sobre los sectores agrícolas. "Escucharemos sus preocupaciones e intentaremos asegurarles que creemos haber puesto todas las salvaguardas necesarias, como por ejemplo en cuestiones agrícolas sensibles", subrayó.
Una apuesta geoestratégica en tiempos inestables
Desde la Comisión Europea se enfatiza que en un escenario internacional marcado por incertidumbre, estrechar lazos con aliados confiables y definir reglas claras para el comercio es más importante que nunca. En ese sentido, el acuerdo con el Mercosur aparece como una oportunidad para afianzar la presencia europea en América del Sur y contrarrestar el avance de otras potencias en la región.
El acuerdo, que lleva más de dos décadas de negociaciones, tuvo un avance decisivo en diciembre de 2024, cuando los cuatro países fundadores del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- junto a la UE anunciaron el cierre técnico de las negociaciones. Sin embargo, el consenso político definitivo aún está lejos.
Tensiones internas: Francia mantiene su veto
Pese al impulso de Bruselas, la ratificación del tratado enfrenta una férrea resistencia de Francia, que ha sido una de las principales voces críticas dentro del bloque europeo. Esta semana, la ministra francesa de Agricultura, Annie Genevard, reiteró su rechazo categórico al acuerdo. "Era malo ayer y sigue siéndolo hoy", declaró, reflejando la postura intransigente del gobierno galo ante lo que considera una amenaza para sus productores agropecuarios.
Apoyos nórdicos ante la guerra arancelaria
En contraposición, otros países como Finlandia y Suecia ven con buenos ojos la ratificación del acuerdo. Ambos gobiernos lo consideran estratégico ante la escalada de aranceles promovida por el presidente estadounidense Donald Trump, quien recientemente volvió a aplicar tarifas comerciales de alto impacto.
"Debemos aplicar plenamente el acuerdo de libre comercio con Mercosur, que acaba de ser negociado", sostuvo el martes la canciller finlandesa Elina Valtonen. Para estos países, diversificar socios comerciales y reducir la dependencia de Estados Unidos o China es una prioridad ineludible.
Con información de Euronews