Este acontecimiento sin precedentes ha puesto en alerta a los expertos y autoridades sanitarias que ahora se enfrentan al desafío de aislar el virus mortal, principalmente para proteger las bandadas de aves comerciales.
El estado de Rio Grande do Sul, ubicado en el extremo sur de Brasil, ha confirmado una cifra alarmante de 942 muertes de mamíferos marinos a raíz de la infección por la influenza aviar altamente patógena (IAAP). Este virus fue reportado por primera vez en el país sudamericano durante este año, marcando un hito preocupante en la historia de la salud animal en la región.
Silvina Botta, oceanógrafa de la Universidad Federal de Río Grande (FURG), ha resaltado la urgencia de enterrar o incinerar los cadáveres lo más pronto posible. Esta medida es crucial para minimizar el riesgo de contagio a humanos u otros animales. Además, se ha observado que algunos mamíferos marinos muestran convulsiones en las playas locales, un signo de que el virus está afectando su sistema nervioso. Botta enfatiza que, conforme a las normas sanitarias gubernamentales, estos animales deben ser sacrificados para evitarles una muerte extremadamente dolorosa.
Desde el primer informe de IAAP en aves silvestres en mayo, el Ministerio de Agricultura de Brasil ha implementado medidas preventivas para evitar un brote en granjas avícolas comerciales. Un brote en estas granjas podría desencadenar prohibiciones de exportación contra Brasil, que es el principal exportador de pollo del mundo.
El virus no solo ha afectado a aves marinas, sino que también ha proliferado entre otras poblaciones animales. Las autoridades han recolectado muestras de marsopas y pingüinos muertos encontrados en las playas, aunque aún no se han confirmado resultados.
El primer diagnóstico de muertes de mamíferos marinos relacionadas con IAAP en Rio Grande do Sul ocurrió en septiembre, tras detectarse tasas de mortalidad inusuales. Actualmente, tres localidades del estado están enfrentando brotes activos. Según Botta, el contagio entre los mamíferos marinos parece haber comenzado en Perú y se extendió a lo largo del continente sudamericano, afectando la vida silvestre en Chile, Argentina, Uruguay y ahora Brasil.
El Ministerio de Agricultura de Brasil ha informado de 148 brotes de IAAP en el país, concentrados principalmente a lo largo de la costa. Además, ha declarado una emergencia sanitaria para contener la enfermedad, que aún no se considera endémica en Brasil.