Esto podría poner en riesgo las ventas de Brasil, el principal exportador mundial de soja, debido a la falta de datos precisos sobre la procedencia de los productos. Investigaciones recientes señalan que la mayoría de la soja de la Amazonia y el Cerrado no cumple con los requisitos, lo que podría afectar a comerciantes y productores. Se destaca la necesidad de mayor transparencia y claridad en los datos para garantizar el cumplimiento de las regulaciones forestales de la UE.
Desarrollo:
Brasil, reconocido como el mayor exportador mundial de soja, enfrenta un desafío importante en su relación comercial con la Unión Europea (UE). A partir de 2025, la UE implementará regulaciones más estrictas que requieren que los comerciantes y empresas demuestren que sus productos, incluida la soja, no provienen de tierras sujetas a deforestación legal o ilegal. Además, estas importaciones deben cumplir con las leyes medioambientales locales, en el caso de Brasil, el Código Forestal.
Sin embargo, investigaciones llevadas a cabo por Trase y el Instituto Centro de Vida han arrojado resultados preocupantes. Según sus hallazgos, el 74% de la soja producida en las regiones de la Amazonia y el Cerrado no cumple con los requisitos del código forestal brasileño o muestra indicios de posibles infracciones. Esto plantea un serio obstáculo para los comerciantes que buscan demostrar el cumplimiento de las regulaciones de la UE en sus cadenas de suministro.
La Unión Europea representa uno de los mercados más importantes para las exportaciones de soja brasileña, solo superado por China. En el último año, los comerciantes agrícolas estadounidenses han disfrutado de cosechas récord de soja brasileña, pero esta nueva normativa podría complicar las cosas.
Los investigadores dirigidos por André Vasconcelos señalan que los compradores y operadores de soja podrían pasar por alto estas cuestiones y enfrentar dificultades para verificar sistemáticamente el cumplimiento legal en sus cadenas de suministro. Esta situación podría llevar a obstáculos para continuar exportando a la UE y potencialmente afectar las relaciones comerciales entre Brasil y Europa.
Los resultados de estas investigaciones indican que la soja brasileña podría correr un mayor riesgo de no cumplir con los criterios de legalidad establecidos por el Reglamento sobre deforestación de la UE en lugar de los criterios de ausencia de deforestación.
En última instancia, se hace evidente la necesidad de que Brasil mejore la transparencia y la disponibilidad de datos relacionados con la producción de soja y su impacto ambiental. Esta medida no solo es esencial para cumplir con las regulaciones de la UE, sino que también podría permitir a Brasil servir como un ejemplo para otros países productores sobre cómo aplicar con éxito el Reglamento de Deforestación de la UE y promover prácticas sostenibles en la agricultura.