Durante la cumbre de ministros de finanzas del G7, el gobierno de Brasil le pidió al Tesoro de Estados Unidos que interceda para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ayude a la Argentina a "superar la crisis" que atraviesa producto de la sequía y los compromisos firmado con ese organismo, que frenan el desarrollo de la economía.
Allí, el estrecho colaborador de Luis Inacio Lula Da Silva expresó también sus serias preocupaciones sobre los riesgos que implicaría para la Argentina el "avance de la extrema derecha" en los próximos comicios.
Las advertencias y los pronósticos no fueron hechos frente a la generalidad de los asistentes a esa cumbre sino en una reunión estratégica con la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen.
"Estamos preocupados porque esta situación puede afectar el destino político de Argentina" , le dijo el ministro a su par norteamericana.
Luego, durante una conferencia con periodistas de varios países, Haddad dijo que planteó el tema a Yellen porque Argentina necesitaba la ayuda del FMI , y Estados Unidos es el mayor accionista del prestamista global.
" Una solución a los problemas de Argentina tiene que pasar por el FMI, y si Brasil y Estados Unidos están juntos en este esfuerzo, será mucho más fácil para Argentina superar esta crisis", explicó el funcionario brasileño al ser consultado al respecto.
La intercesión del gobierno de Brasil en este asunto es clave. No sólo porque considera que Argentina es un jugador importante en el mundo y sobre todo en Sudamérica sino también porque el avance de los partidos de derecha podrían empeorar el escenario en la región.
"Estamos preocupados porque esta situación puede afectar el destino político de Argentina y hemos visto en nuestro continente que ha habido un aumento de gobiernos de extrema derecha" , dijo en la cumbre.
Haddad afirmó que Brasil vigilaba de cerca la situación de la economía argentina, donde la sequía actual podría reducir las exportaciones en un 20 por ciento. A esto lo vinculó con los cambios políticos de extrema derecha en otras partes de América Latina.
La presencia de Brasil en la cumbre del G7 se dio por una invitación que le hizo Japón, actual presidente pro témpore de ese grupo que reúne a los principales ministros de finanzas y banqueros de países industrializados. También fueron parte del convite India e Indonesia.