Mientras el precio del arroz cae por una cosecha más abundante, el maíz vuelve a ser el protagonista de la presión inflacionaria en Brasil. Según el índice Cepea de la Universidad de São Paulo, el precio del maíz en la región de Campinas superó los 90 reales (USD 15,80) por bolsa de 60 kg, alcanzando su mayor nivel nominal en casi tres años. El incremento acumulado en lo que va del año supera el 23%.
Este escenario contrasta con la situación del arroz. En Río Grande do Sul, el precio del arroz cáscara bajó por debajo de los 80 reales por bolsa de 50 kg, nivel que no se veía desde octubre de 2022. La caída se debe a una recuperación del 15% en la producción nacional, impulsada por una mejor campaña en esa región y una mayor oferta global.
Sin embargo, la baja del arroz no alcanza para compensar el efecto del alza del maíz, cuyo precio se ve empujado por las bajas existencias iniciales, la alta demanda de las industrias de etanol y carnes, y las dudas climáticas sobre la segunda cosecha del cereal.
Desde la consultora Datagro, advierten que "el principal riesgo para la inflación alimentaria es el maíz, insumo clave en la producción de carne aviar, porcina y vacuna, además de los lácteos". La suba del maíz podría sumar hasta 1,07 puntos porcentuales a la inflación alimentaria en los próximos seis meses, y hasta 0,47 puntos al índice general de precios al consumidor, según sus proyecciones.
Esto podría poner en jaque la meta oficial de inflación del 3%, con un margen de tolerancia de hasta el 4,5%, en un momento en que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva intenta contener el malestar social por el aumento del costo de vida.
El economista André Braz, del centro FGV IBRE, señaló que el arroz -el quinto alimento más importante del índice de inflación brasileño- ya cayó 3,99% en los últimos 12 meses. No obstante, los precios de la carne aviar, vacuna y porcina -todos fuertemente influenciados por el maíz- subieron 10,95%, 21,47% y 20,22% respectivamente.