Brasil avanza con fuerza en su estrategia para expandir las exportaciones de carne de cerdo a México, en un momento clave marcado por la intensificación de la guerra comercial impulsada por el expresidente Donald Trump.
Actualmente, solo siete plantas del estado de Santa Catarina -la única región brasileña oficialmente libre de fiebre aftosa sin vacunación- están autorizadas por Senasica, el organismo sanitario mexicano, para enviar carne porcina a ese país. Sin embargo, Brasil quiere sumar más plantas procesadoras ubicadas en otros estados que ya tienen el mismo estatus sanitario internacional.
"Comenzamos a trabajar con asociaciones mexicanas y con Senasica para explicar la importancia de abrir el mercado a más plantas brasileñas", explicó Adriane Cruvinel, agregada del Ministerio de Agricultura de Brasil en México.
México, en el centro de la disputa
La presión brasileña se produce justo cuando Estados Unidos tiene previsto aplicar nuevos aranceles a México el 2 de abril, lo que abriría una oportunidad estratégica para los exportadores brasileños. Actualmente, EE.UU. es el mayor proveedor de carne de cerdo a México, con más de 1 millón de toneladas anuales, frente a las apenas 43.000 toneladas enviadas por Brasil en 2024.
De avanzar las negociaciones, las nuevas aprobaciones podrían llegar a partir de mayo, cuando se espera que la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH) reconozca oficialmente a Brasil como país libre de fiebre aftosa sin vacunación, estatus que ya tienen estados como Paraná, Rio Grande do Sul y Acre, aunque todavía no autorizados por México.
¿Qué hay en juego?
La posibilidad de ampliar el acceso a México significaría no solo un crecimiento en volumen para la carne de cerdo brasileña, sino también un golpe directo a la hegemonía estadounidense en ese mercado clave.
Además, Brasil ve una oportunidad táctica en la coyuntura global, aprovechando las tensiones comerciales de EE.UU. para ganar presencia en mercados históricamente dominados por Washington. Según Luis Rua, secretario de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura de Brasil, el país ya trabaja en esta línea con visión estratégica.
"Es una medida que surge de la preocupación por la guerra arancelaria y corrobora el interés que ya tenían en la carne brasileña", subrayó Cruvinel.