El gobierno brasileño ha puesto sobre la mesa una propuesta clave en su relación comercial con Estados Unidos: duplicar la cuota de carne vacuna que exporta sin aranceles, pasando de 65.000 a 150.000 toneladas anuales. Esta estrategia surge en respuesta a la amenaza del expresidente Donald Trump de aumentar los aranceles al bioetanol brasileño, un sector clave en la economía del país sudamericano.
Actualmente, Brasil cuenta con una cuota anual de 65.000 toneladas de carne vacuna fresca que puede ingresar a EE.UU. sin pagar aranceles. Sin embargo, este cupo se agotó rápidamente en enero de este año, dejando al resto de las exportaciones sujetas a un arancel del 26,4%, el mismo que enfrentan Argentina y Uruguay.
En 2024, Estados Unidos importó 229.000 toneladas de carne bovina brasileña, por un valor de 1.350 millones de dólares, lo que refleja la creciente presencia del producto en el mercado norteamericano.
Ante este panorama, el gobierno brasileño quiere elevar la cuota a 150.000 toneladas para que un mayor volumen de su carne vacuna ingrese libre de impuestos a EE.UU., asegurando así un flujo más competitivo en uno de los mercados más importantes del mundo.
La propuesta brasileña fue impulsada tanto por el sector productivo como por el gobierno, argumentando que una mayor oferta de carne importada beneficiaría a los consumidores estadounidenses, que enfrentan precios elevados en un contexto de reducción del stock vacuno local.
Sin embargo, los ganaderos estadounidenses ven la medida como una amenaza. En un mercado con menor producción nacional, la entrada de más carne extranjera podría presionar los precios a la baja y afectar la rentabilidad del sector.
Esta situación genera un nuevo foco de tensión comercial, justo cuando Estados Unidos atraviesa una caída en su producción ganadera y un aumento en las importaciones para cubrir la demanda interna.
La negociación sobre la carne vacuna forma parte de una estrategia más amplia de Brasil, que busca equilibrar las relaciones comerciales con EE.UU. ante la amenaza de nuevas tarifas al bioetanol brasileño.
El mes pasado, Donald Trump insinuó la posibilidad de imponer aranceles adicionales al etanol importado desde Brasil, una medida que ha generado preocupación en la industria. Actualmente, EE.UU. aplica un arancel del 2,5% al etanol brasileño, mientras que Brasil grava con un 18% al alcohol carburante estadounidense.
Brasil busca utilizar la cuota de carne como un factor de negociación, presentándola como una oportunidad para fortalecer el comercio bilateral y compensar posibles medidas proteccionistas contra su etanol.
El intento de Brasil por expandir su participación en el mercado cárnico estadounidense se da en un escenario de incertidumbre global y de tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del continente.
- Si EE.UU. acepta aumentar la cuota, Brasil consolidaría su posición como uno de los principales proveedores de carne vacuna en Norteamérica.
- Si la propuesta genera una reacción adversa de los productores estadounidenses, podría intensificarse la presión sobre el gobierno de Joe Biden o de un posible retorno de Trump a la presidencia.
La negociación aún está en curso, y los próximos meses serán clave para definir si Brasil logra un mayor acceso sin aranceles al mercado cárnico de EE.UU. o si se abre un nuevo frente de batalla comercial en la región.