Reformas estructurales e infraestructura estratégica son clave para superar esta barrera histórica.
Bolivia y el costo de no tener salida al mar: desafíos económicos y geográficos
Copete: La mediterraneidad limita la competitividad de Bolivia, que pierde entre 1,5% y 3,4% de su PIB anual, afectando sus exportaciones, logística e inversión extranjera. Reformas estructurales e infraestructura estratégica son clave para superar esta barrera histórica.
La falta de acceso soberano al mar representa un desafío significativo para Bolivia, un país que, tras la Guerra del Pacífico (1879-1884), perdió 120.000 kilómetros cuadrados de territorio y 400 kilómetros de costa. Según datos del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), esta condición geográfica genera pérdidas de entre US$400 millones y US$1.000 millones al año, equivalentes al 1,5% y 3,4% del PIB boliviano.
Impacto económico directo
Los costos logísticos de exportación ascienden a aproximadamente el 19% del valor comerciado, muy por encima del promedio regional de 14,7%, según el Índice de Desempeño Logístico (LPI) del Banco Mundial. Esto afecta tanto la competitividad de los productos bolivianos como sus márgenes de ganancia en los mercados internacionales.
Además, entre 1975 y 2020, las pérdidas acumuladas en exportaciones alcanzaron los US$35.700 millones, con una reducción del 45% en las exportaciones debido a barreras logísticas y administrativas, según el economista Jonathan Fortun.
Dependencia y limitaciones estructurales
El predominio del sector informal en Bolivia, que representa más del 60% de la fuerza laboral, junto con un entorno regulatorio rígido y una elevada carga tributaria, desincentiva el desarrollo del sector privado formal. Según Fortun, "la falta de acceso al mar no es el único problema; las limitaciones internas también juegan un papel crucial en la competitividad del país."
A esto se suma la caída de la inversión extranjera directa (IED), que en 2022 disminuyó en US$578 millones, en contraste con el aumento promedio del 55% en América Latina durante el mismo período. En 2024, la IED volvió a contraerse, con una pérdida de US$158 millones hasta junio, subrayando la urgencia de reformas estructurales.
Posibles soluciones y ejemplos internacionales
A pesar de estas limitaciones, expertos sugieren que Bolivia puede superar su mediterraneidad a través de estrategias como:
Infraestructura estratégica, incluyendo proyectos como el Corredor Ferroviario Bioceánico y la expansión fluvial en el río Paraguay-Paraná. Diversificación económica, promoviendo sectores como el turismo, la tecnología y los servicios financieros. Reformas profundas, para reducir costos logísticos, simplificar regulaciones y fortalecer el sistema judicial.
Paraguay se presenta como un modelo regional, aprovechando su sistema fluvial para acceder al océano Atlántico y consolidarse como exportador agrícola. En Europa, países mediterráneos como Suiza y Luxemburgo han logrado construir economías diversificadas y competitivas, adaptándose a sus limitaciones geográficas.
Un futuro condicionado por la estabilidad interna
Para avanzar hacia un desarrollo sostenible, Bolivia debe priorizar la estabilidad institucional y política, libre de corrupción, que inspire confianza en los inversores. Las reformas estructurales, como la formalización económica y la simplificación regulatoria, serán esenciales para crear un entorno propicio para el crecimiento económico y la integración comercial internacional.
"La mediterraneidad impone costos, pero Bolivia tiene la oportunidad de mitigar sus efectos con estrategias inteligentes y voluntad política", concluyó Fortun.