El primer barco cargado con cereales en salir de Ucrania desde el inicio de la guerra con Rusia se disponía hoy a cruzar el estrecho del Bósforo y navegar hacia el Líbano luego de ser inspeccionado en la ciudad turca de Estambul, informaron autoridades.
El equipo incluía a funcionarios de Ucrania, Rusia, Turquía y la ONU que integran un centro de coordinación en Estambul creado en virtud de un acuerdo firmado el mes pasado para reanudar las exportaciones de granos ucranianos bloqueados por la guerra.
El acuerdo contempla que los barcos que salen de tres puertos ucranianos del mar Negro naveguen por corredores seguros hacia el mar Mediterráneo a través del estrecho del Bósforo o estrecho de Estambul, que divide ambos mares.
El Razoni hizo sonar su sirena luego de que los inspectores abandonaran el barco, informó la agencia de noticias AFP.
Imágenes tuiteadas por el Ministerio de Defensa turco mostraron a un inspector acercarse a un contenedor de carga para tocar el grano.
El Razoni zarpó anteayer del puerto ucraniano de Odesa con destino al Líbano.
El Ministerio de Infraestructura de Ucrania confirmó que el navío había superado la inspección y agregó que otros 17 "están cargados y aguardando el permiso para salir".
Los inspectores, algunos de ellos con cascos blancos, se dirigieron al Razoni bajo la lluvia en dos botes escoltados por la Guardia Costera turca.
La prensa turca cifró los inspectores en una veintena.
Las inspecciones tienen como fin asegurarse de que los barcos que van hacia Ucrania no transporten armas y que los que salen lleven solo cereales, fertilizantes o productos alimenticios de origen agrícola, pero no otras materias primas.
La ONU y Turquía, que mediaron en la firma de acuerdos separados con Rusia y Ucrania el 22 de julio, dicen que la reanudación de estas exportaciones ayudarán a mitigar una creciente crisis alimentaria e inflacionaria mundial provocada por la guerra.
Ucrania y Rusia son dos de los mayores exportadores de trigo, cebada y girasol.
Su salida de los mercados mundiales por el conflicto armado provocó escasez de granos y un aumento brusco del precio de los alimentos que amenaza la estabilidad política en países en desarrollo que son importadores netos de alimentos.
La invasión rusa de Ucrania también ha perturbado el suministro energético en Europa occidental, luego de que Moscú redujera las entregas de su gas a países que le impusieron sanciones, que temen un corte total de los envíos.
Los temores son particularmente fuertes en Alemania, uno de los países más dependientes del gas ruso, que le llega de manera directa a través de un gasoducto llamado Nord Stream que arranca en Siberia y pasa por debajo del mar Báltico.
Desde Berlín, el jefe de Gobierno alemán, el canciller federal Olaf Scholz, acusó hoy a Rusia de bloquear la entrega de una turbina necesaria para el funcionamiento normal del Nord Stream.
"No hay ninguna razón para que la entrega no se lleve a cabo", afirmó Scholz, que agregó que Rusia solo tenía que proporcionar la información aduanera necesaria para el transporte de la turbina.
La turbina fue reparada en Canadá, cuyo Gobierno aceptó devolverla a Rusia pese a ser esto violatorio de sanciones que Occidente había impuesto a Moscú por la invasión de Ucrania. El único Gobierno que se quejó de la decisión de Canadá fue el ucraniano.
En tanto, fuerzas rusas mantuvieron sus bombardeos en Ucrania, golpeando en particular la sureña ciudad de Mikolaiv.
El gobernador de la provincia del mismo nombre dijo hoy que ataques rusos lanzados en las últimas 24 horas alcanzaron dos veces la ciudad, a las 21 de ayer y a las 5 de hoy.
Los bombardeos dañaron un atracadero, un empresa industrial, edificios residenciales, un garage, un supermercado y una farmacia, dijo el gobernador Vitaly Klim en un la aplicación Telegram.
No quedó claro si hubo víctimas.
Rusia ha dicho que quiere controlar la región del este de Ucrania llamada Donbass y todo el sur de Ucrania, lo que incluiría a Odesa y cortaría a los ucranianos todo su acceso al mar Negro.
En medio de continuos ataques rusos, el Gobierno ucraniano comenzó ayer una evacuación de más de 200.000 civiles que permanecen en la provincia de Donetsk, una de las dos que forman el Donbass, donde Rusia lleva a cabo una gran ofensiva.
Las tropas rusas ya controlan la mitad de Donetsk y toda Lugansk -la otra provincia que integra el Donbass- gracias a su ofensiva allí, que fue lanzada en abril, dos meses después del comienzo de la invasión a Ucrania.