La medida de baja de Derechos de Exportación (DEX), mal llamados retenciones, anunciada por el Gobierno Nacional, ha llegado como un respiro para los productores agrícolas argentinos, que enfrentan una campaña de granos gruesos marcada por la sequía y la caída de los precios internacionales, especialmente de la soja. Aunque los desafíos siguen siendo considerables, la reducción temporal de los impuestos ha generado una respuesta positiva en el sector.
La situación para los productores agrícolas era crítica. La sequía ha golpeado fuertemente los cultivos, y los precios internacionales de la soja y otros granos se encuentran por debajo de los niveles de años anteriores, lo que ha dejado a muchos productores al borde del quebranto. La decisión del Gobierno de aliviar la presión fiscal al reducir las retenciones, al menos hasta el 30 de junio, ha sido vista como una medida positiva, aunque con algunos matices.
La Esperanza por un Respiro en Medio de las Dificultades
Santiago del Solar, productor agropecuario y exfuncionario en Agricultura durante la gestión de Mauricio Macri, celebró el anuncio. "Es una muy buena noticia, algo que estábamos esperando, independientemente de la sequía. Era una promesa de campaña", dijo durante su recorrida por un lote de soja. La baja de retenciones, en este contexto, se presenta como una necesidad urgente, especialmente en un momento crítico como lo es la cosecha de soja.
Sin embargo, Del Solar también advirtió sobre los riesgos de que la medida sea temporal. "Puede haber un aluvión de ventas de soja, lo que podría generar una caída en los precios", sostuvo, en alusión a las posibles consecuencias de una venta masiva impulsada por la bajada de impuestos. Esta preocupación no es infundada, ya que la temporalidad de la medida podría generar un "efecto burbuja" que afecte el precio a los productores.
La Reacción del Mercado: Impacto en los Precios de los Granos
Pablo Adreani, analista del mercado de granos, destacó que la decisión del Gobierno fue una respuesta a la parálisis en la liquidación de divisas de la industria aceitera y la exportación. "La baja de las retenciones era necesaria porque se avecinaba una parálisis total de la cadena de la soja y un desplome de las divisas", indicó Adreani. Según sus cálculos, la medida podría significar un incremento de hasta 11 dólares por tonelada de soja, pasando de los 280 dólares actuales a 291 dólares.
El Contexto Político y las Expectativas de los Productores
Más allá del impacto económico, la medida también tiene un fuerte componente político. Los productores que apoyaron a Javier Milei en las elecciones de 2023 lo hicieron en gran parte por sus promesas de cambio en las políticas económicas, incluida la eliminación de las retenciones. Sin embargo, la realidad ha sido otra, y los productores comenzaron a levantar la voz al recordar las promesas de campaña del actual presidente. Aunque Milei nunca dio una fecha precisa para la baja de retenciones, la decisión de reducirlas temporalmente parece estar orientada a renovar el contrato con su base electoral.
La política juega un papel clave en este contexto. En un año electoral, la medida no parece casual, ya que el presidente busca consolidar su apoyo en el sector agropecuario, uno de los pilares de su electorado.
La baja de las retenciones representa un alivio para los productores agrícolas, que ven en esta medida un pequeño respiro en medio de una campaña agrícola complicada por la sequía y la caída de los precios internacionales. Si bien la temporalidad de la medida genera algunas dudas sobre su impacto real en los precios, la medida es, sin duda, una señal de apoyo al sector. Sin embargo, será necesario monitorear cómo reaccionará el mercado local y global ante esta medida y cómo impactará en la competitividad del campo argentino en el futuro cercano.