Una forma habitual de determinar el resultado de esta medida de fuerza es a través de la cantidad de camiones que ingresaron al puerto esos días, comparado con un día normal. El ingreso durante el cese de comercialización fue del 50%, eso podría hacernos considerar que alguien ganó o que fue empate, ¡pero no!¡todos perdimos!.
Otra forma podría ser según el registro de ventas del SIO granos. Para estos días se produjo una reducción de operaciones del 65%, lo que podría significar que alguien ganó, ¡pero no! ¡todos perdimos! Perdimos los productores, perdió el Estado, perdimos los argentinos y perdió nuestro país. ¡Tres días que no se produjo, tres días en que no se comercializó, ni transportó, ni se cobró impuestos, ni se ingresaron divisas, tres días en que todos perdimos!.
Tres días en que el Gobierno nos demostró que improvisa, sin analizar, las medidas que toma y que por las formas como las toma constituyen una continua provocación, corroborado con sus marchas atrás, como con el cierre de los registros de DJVE de maíz y en el caso Vicentín. Otros, sin contramarcha, como la negación al acceso a líneas de crédito a tasa subsidiada del Banco Nación por el simple hecho de ser productores de soja y/o trigo o por tener existencias de ellos, como si una automotriz no tuviera autos. Otros por omisión o silencio como ante los casos de rotura de más de 120 silobolsas, incendios de campos y el caso Etchevehere. Por último, otras impulsando leyes como la modificación a la ley del fuego, aporte solidario, proyecto de ley de humedales y fitosanitarios.
Nos preguntamos ¿Qué busca el gobierno? ¿Busca someternos? ¿Busca que reaccionemos? ¿Quiere saber cuál es nuestro límite ante sus provocaciones? ¿Busca hacernos responsables por la reacción que pudiésemos tener? ¡La verdad no sabemos, si sabemos que, siempre, perdemos todos! Sin embargo, los que más perdimos fuimos los productores, porque hemos sido engañados por muchas cooperativas en las que confiábamos, que priorizando sus intereses comerciales han estafado los intereses de sus productores asociados, en incluso con la complicidad, necesaria, de algunos de nuestros colegas, los que conforman sus consejos directivos, y para demostrarlo en el anexo acompañamos el ranking de carneros de los tres días que duró el cese de comercialización.
Perdimos los autoconvocados al levantar las medidas de fuerza 12 horas antes, ganamos el sabor a nada con ME, y hoy varios tienen problemas ante la justicia por controlar la carga en cooperativas. Las mismas que dicen defender a los productores. Incongruentes decisiones que hacen pensar que Coninagro tendría que dejar de ocupar nuestro lugar.
Bajo estas condiciones toda producción agropecuaria está en jaque, la sangría anual de 5.000 productores anuales se incrementará y la única razón para no oponerse a este destino es la falta de compromiso, para con sí mismos, y la falta de empatía, para con nuestros colegas, de los cómodos, de los tibios, de los carneros y de los indiferentes, pero que contrarrestaremos con el valor que da la convicción de la razón de los que estamos dispuestos a seguir peleando para que no se pierda la dignidad de seguir viviendo y ganándonos el pan diario con el orgullo de ser productores de alimentos como todos nuestros antepasados.
Fuente: El Litoral de Santa Fe
