El nuevo Índice de Confianza del campo, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, conocido como Ag Barometer Austral, revela un aumento significativo en la confianza de los productores según el relevamiento de los meses de mayo y junio pasados.
La última medición del Índice Ag Barometer Austral para mayo y junio de este año indica que se alcanzó el mayor índice de su historia con un valor de 139, superando la puntuación de 137 de julio de 2019, antes del proceso electoral que llevó a Alberto Fernández a la presidencia. Además, el Índice de Expectativas Futuras alcanzó un valor de 171, también el más alto de la historia. Las expectativas para los próximos 12 meses, tanto en la Situación Financiera de los Productores (171) como en las Expectativas para el Sector Agropecuario (145), son muy prometedoras.
Sin embargo, los productores consideran que aún no es un buen momento para invertir en activos fijos. La prioridad sigue siendo consolidar el capital de trabajo para enfrentar posibles eventos climáticos desfavorables. El Índice de Condiciones Presentes se mantiene por debajo de 100 debido al impacto negativo de las decisiones de inversión (55), pero la situación financiera de los productores ha mejorado notablemente en comparación con el año anterior (126 vs. 32), una mejora del 293%.
"Sin duda, los resultados de la campaña 2023/24, comparados con la dramática situación vivida en la campaña 2022/23, han cambiado totalmente el ánimo de los productores", indica el informe de la Universidad Austral. A pesar de esto, los productores siguen siendo cautelosos a la hora de realizar inversiones en activos fijos, como se refleja en la caída de ventas de maquinarias agrícolas.
La estabilización macroeconómica y la baja de tasas de interés son vistas como factores clave para la reactivación del sector, según lo expresado en la feria Agroactiva, que contó con la presencia del presidente Javier Milei. Aunque existe una notable dispersión entre el Índice de Expectativas Futuras (171) y el Índice de Condiciones Presentes (90), la brecha se está reduciendo debido a la mejora de la situación financiera actual de los productores.
Para los próximos 12 meses, los productores proyectan una muy buena situación financiera basada en las buenas perspectivas de la campaña de trigo 2024/25, a pesar de la reciente baja del precio internacional transmitida en menor medida a los precios locales. "Las buenas perspectivas de precios y las favorables condiciones climáticas se reflejan en la proyección de la Bolsa de Comercio de Rosario sobre el área sembrada con trigo para la campaña 2024/25, que se proyecta como una de las mayores de la historia", indica Carlos Steiger, director de la encuesta.
A pesar de las buenas perspectivas, los productores aún no consideran que sea un buen momento para invertir en activos fijos y prefieren consolidar el capital de trabajo. Según Steiger, "será muy importante que los productores vuelvan a invertir en maquinarias, equipos y activos fijos, ya que esta es la base para mantener la productividad". La inversión en estos activos es crucial para la recuperación de la actividad económica.
El informe señala que, aunque se ha encontrado un piso en la inversión, la recuperación no será rápida. La mayor preocupación de los productores para los próximos 12 meses sigue siendo el clima, por encima de los escenarios políticos, económicos y financieros. Comparado con el año anterior, los temas económicos y políticos generan menos incertidumbre.
Los desafíos para los próximos meses incluyen la recuperación de la actividad económica y los niveles de consumo e inversión, impulsados principalmente por las exportaciones del complejo agroalimentario. Se observa una menor preocupación por el acceso al financiamiento y las tasas de interés, ya que el sistema financiero está volcando su capacidad prestable al sector privado.
Finalmente, los anuncios meteorológicos sobre el fenómeno La Niña encienden luces de alarma para el segundo semestre, aunque se estima que no será tan severo como en la campaña 2022/23. Además, la aparición de la chicharrita ha causado pérdidas significativas en la producción de maíz, lo que ha llevado a un cambio en las intenciones de siembra hacia soja y sorgo.