La Rinotraqueítis Infecciosa Bovina (IBR) es una enfermedad contagiosa del ganado bovino causada por el Herpesvirus de tipo 1 (HVBo-1). Con síntomas asociados a cuadros respiratorios agudos, reproductivos y nerviosos, se trata de una enfermedad ampliamente difundida a escala mundial que genera importantes consecuencias económicas para los productores.
En la actualidad, la prevención de la IBR se realiza con vacunas basadas en el uso de virus vivo modificado y también con vacunas inactivadas. Por esto, un equipo de investigación de Incuinta desarrolló un test de Elisa que sirve para evaluar la calidad de esas vacunas. El kit comercial fue recientemente aprobado por el Senasa, quien emitió un certificado que permite su uso y comercialización.
"Evaluar la calidad y la eficiencia de los lotes de vacunas para bovinos que se liberan al mercado es fundamental para mantener los distintos status sanitarios", aseguró Marina Bok, investigadora de Incuinta, quien agregó: "Lograr que las vacunas argentinas contra IBR tuvieran un dato de potencia fue un quiebre muy importante para la sanidad animal del país".
Por lo pronto, el kit es utilizado por el Senasa -para evaluar los lotes de vacunas antes de que salgan al mercado- y es comercializado a las empresas que producen vacunas contra la IBR para sus controles internos. "Este desarrollo tiene el potencial de ser exportado a algunos países de Latinoamérica, aunque antes hay que realizar trámites de registro en cada país de destino", indicó Bok.
Si bien, en términos económicos, el impacto no es muy grande, debido a que no se comercializa de manera masiva, "es una herramienta que brinda fiabilidad a las empresas para mejorar los lotes productivos antes del lanzamiento de cada serie comercial", señaló Bok quien puntualizó que "no existen otros kits similares, es único en el mercado, debido a que está diseñado para el modelo ‘cobayo' -que diseñó Viviana Parreño hace unos años- y es una herramienta clave para que ese modelo se pueda llevar a cabo".
En este caso, es el primer kit desarrollado con base en un modelo animal. Lo inédito de esta técnica es que utiliza cobayos en lugar de la especie de destino, es decir, las vacas. Se trata de un modelo matemático de dosis-respuesta que se encuentra relacionado con la concentración de antígeno viral presente en la vacuna y el nivel de anticuerpos inducido en los animales vacunados.
"Se utilizaron cobayos debido a que presentan un alto grado de homogeneidad y, en la mitad del tiempo que los bovinos, producen resultados confiables y reproducibles que permiten desarrollar pruebas estandarizadas para evaluar comparativamente la potencia de cada lote de vacuna", expresó Bok.
Del trabajo participaron Viviana Parreño, Andres Wigdorovitz, Vanesa Franco y Lucia Rocha, todos investigadores de Incuinta.