¿Alguna vez te preguntaste qué sucede con todos esos restos de alimentos y desechos orgánicos que tirás a la basura? Bueno, dejanos decirte que tenés en tus manos la oportunidad de convertirlos en algo valioso. ¿Cómo? Haciendo compost en casa. ¡Así es! En este artículo, te mostraremos cómo podés convertir tus desechos en un fertilizante natural y beneficioso para tu jardín o tus plantas de interior.
El compost tiene una textura similar a la tierra y es de color oscuro. Contiene una cantidad significativa de nutrientes, como nitrógeno, fósforo y potasio, que son esenciales para el crecimiento de las plantas.
Y si todavía no estás convencido/a de adoptar esta práctica, dejanos contarte que son todos beneficios:
El compostaje reduce la cantidad de basura que va a los vertederos y ayuda a disminuir la contaminación y los gases de efecto invernadero.Tu basura no olerá tan mal.El compost actúa como una esponja en el suelo y mejora la capacidad absorción y retención de agua, a la vez que reduce la erosión.Es muy beneficioso para las plantas de tu balcón o jardín, ya que mejora la estructura del suelo, promoviendo la formación de agregados que permiten una mejor circulación de aire y agua.Es una forma efectiva de aprovechar los desechos de cocina, jardín y oficina. También se pueden compostar materiales como papel y cartón sin tinta.Los sí y los no del compostaje
El compostaje es un proceso natural y sencillo en el que los microorganismos descomponen la materia orgánica y la transforman en un material rico en nutrientes llamado compost. Para empezar a transitar este mundo, lo único que vas a necesitar es un contenedor de compost, que puede ser tan simple como un recipiente grande o una caja de madera.
Luego, solo hay que empezar a separar los residuos.
Materiales aptos para el compost:
Desechos de cocina: restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo trituradas, posos de café, filtros de té, sobras de comida sin aceite ni grasa.Materiales de jardín: hojas secas, recortes de césped, ramas pequeñas trituradas, plantas muertas.Papel y cartón sin tinta: papel de cocina y servilletas usadas, cartón corrugado, papel triturado.Estiércol animal: estiércol de herbívoros como vacas, caballos, conejos, siempre y cuando esté bien descompuesto.Residuos de jardinería: paja, heno, restos de poda.Restos de café y té: los posos de café y las bolsitas de té sin grapa ni etiquetas pueden ser añadidos al compost.Cáscara de nuez: aunque no se descomponen rápidamente, pueden añadirse al compost para aportar estructura.Materiales a evitar en el compost:
Carne y productos lácteos: estos alimentos pueden atraer plagas y generar olores desagradables.Grasas y aceites: pueden obstruir la circulación de aire y atraer plagas. Evitá agregar los restos de ensalada condimentada.Productos de origen animal: heces de mascotas, huesos, plumas, pelo, pueden tardar mucho en descomponerse.Plantas enfermas o plagadas: pueden propagar enfermedades o plagas al compost.Malezas con semillas: las semillas de malezas pueden sobrevivir al proceso de compostaje y germinar en tu jardín.Materiales tratados con productos químicos: evitá agregar productos tratados con pesticidas o herbicidas ya que pueden afectar a los microorganismos que crean el compost.Cenizas de carbón o madera tratada: pueden contener sustancias tóxicas que no son beneficiosas para el compost.El compostaje en casa es una actividad divertida y educativa para toda la familia. Incluso es importante involucrar a los niños en el proceso para enseñarles la importancia de reducir, reutilizar y reciclar. Y no solo es una actividad para aquellos con jardines grandes, también se puede hacer en espacios pequeños como balcones o incluso en interiores. Para esta última opción es recomendable que se utilice lombrices para descomponer los desechos, ya que evitaremos olores fuertes.
El proceso mágico del compostaje
Una vez que agregás tus desechos orgánicos al contenedor, los descomponedores entran en acción. Estos diminutos héroes, como bacterias y hongos, se deleitan con tu basura y comienzan a descomponerla. Es como una fiesta en miniatura en la que estos organismos trabajan arduamente para descomponer los restos de comida, las hojas secas y otros materiales orgánicos para transformarlos en nutrientes.
El compost no es exactamente una tierra, pero se asemeja mucho a ella en términos de aspecto y textura. Esta sustancia es un producto final del proceso de descomposición de materia orgánica.
Para que la fiesta de los descomponedores sea exitosa, es fundamental mantener un equilibrio adecuado en el contenedor. Esto significa que debe haber una mezcla equilibrada de materiales "verdes" y "marrones". Los materiales verdes son ricos en nitrógeno, como restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo y posos de café. Los materiales marrones, en cambio, son ricos en carbono y proporcionan estructura, como hojas secas, papel triturado y ramas pequeñas.
Paciencia, el ingrediente secreto:
Una vez que creaste la mezcla perfecta en tu contenedor de compost, debes ser paciente. El proceso de descomposición lleva tiempo y durante este período, hay que mantener el compost húmedo y girarlo ocasionalmente para proporcionar oxígeno a los descomponedores. Si sos constante, serás recompensado con un compost oscuro y rico, listo para nutrir tus plantas.
¿Cómo saber si está listo? Generalmente demora cerca de 6 meses, o más dependiendo de los desechos que le agreguemos. Tendrá una apariencia similar a la tierra, con una textura suelta y oscura y sin trozos de materia orgánica sin descomponer. Su olor será fresco y agradable, similar al que sentimos cuando ingresamos a un bosque.
Así que no esperes más, ¡manos a la obra y comenzá a hacer compost en casa! Tus plantas te lo agradecerán y estarás contribuyendo al cuidado del medio ambiente de una manera divertida y satisfactoria. ¡Cada pequeño paso cuenta en la construcción de un mundo más verde y sostenible!