La región debe aumentar su gasto hasta un 4,9% del PIB anual para 2030, una cifra significativamente mayor que el 0,5% actual, para cumplir con sus objetivos climáticos y evitar repercusiones económicas severas.
Incremento de Inversión Necesaria:
El informe de la CEPAL sugiere que América Latina y el Caribe deben elevar sus inversiones anuales en climatología de solo el 0,5% del PIB (registrado en 2020) a un rango entre el 3,7% y el 4,9%. Esto se traduce en una inversión total estimada entre 2,1 y 2,8 billones de dólares para 2030. José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, enfatiza que estos montos, aunque sustanciales, son alcanzables y necesarios.
Áreas de Enfoque: La mayor parte de esta inversión se destinaría a proyectos de mitigación climática, incluyendo transporte, energía, infraestructura y prevención de la deforestación. Un tercio restante se necesitaría para adaptación, incluyendo sistemas de alerta temprana, combate a la pobreza, protección de costas y desinfección del agua.
Impacto del Cambio Climático en la Productividad: El informe advierte que el cambio climático podría reducir la productividad laboral hasta en un 10% en algunos países de la región, limitando el potencial de crecimiento económico. Esto subraya la importancia de tomar medidas preventivas y adaptativas cuanto antes.
Efectos del Clima Extremo: La región ya ha experimentado fenómenos climáticos extremos que han devastado sectores clave. Por ejemplo, el área de Paraná-La Plata en Sudamérica, crucial para la agricultura argentina, enfrentó su peor temporada seca desde 1944. Chile, por su parte, está sufriendo la peor sequía de los últimos mil años, lo que representa un riesgo significativo para su agricultura y suministro de agua.
El informe de la CEPAL es un llamado a la acción para América Latina y el Caribe. Las inversiones propuestas no solo son necesarias para cumplir con los objetivos climáticos, sino también para proteger la economía y el bienestar de la región a largo plazo. Como señala Salazar-Xirinachs, "el costo de la inacción supera el costo de la acción", una premisa que debe guiar las políticas y estrategias de desarrollo sostenible en la región.