En medio de un escenario mundial de cambio climático imparable, América Latina y el Caribe, responsables solo del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, se enfrentan a las consecuencias más devastadoras de este fenómeno. Ciclones, huracanes, inundaciones y sequías amenazan con desplazar a millones y poner en peligro la vida de habitantes urbanos y rurales por igual.
Los efectos del cambio climático no se limitan a eventos meteorológicos extremos; afectan las infraestructuras básicas, la disponibilidad de agua limpia, la producción de alimentos y la generación eléctrica. Este panorama pone en riesgo los medios de vida y los servicios esenciales, con pérdidas económicas que podrían superar el 2% del PIB anual.
Datos alarmantes revelan que el 70% de las especies a nivel mundial están en peligro de extinción, mientras que el capital natural por habitante se redujo en un 40% entre 1990 y 2014. En la última década, los eventos climáticos en América Latina y el Caribe se tradujeron en más de 312,000 vidas perdidas y afectaron a más de 277 millones de personas.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informa que en 2022, los Andes centrales sufrieron una pérdida casi total de su manto de nieve, acelerando el deshielo. Inundaciones y deslizamientos de tierra causaron pérdidas económicas significativas y cientos de muertes. Entre enero y diciembre de 2022, América del Sur experimentó olas de calor intensas que, combinadas con la sequía, provocaron incendios forestales sin precedentes.
Estos fenómenos se manifiestan con un aumento actual de 1.3 grados en la temperatura global desde la era preindustrial. Las proyecciones de la OMM sugieren un 66% de probabilidad de superar los 1.5 grados entre 2023 y 2027, señalando un punto de inflexión crítico en la lucha contra el cambio climático.
La biodiversidad ofrece una luz en la oscuridad. Con el 40% de la biodiversidad y más del 25% de los bosques a nivel mundial, la región cuenta con recursos naturales valiosos. Sus ecosistemas costeros y marinos, que abarcan 16 millones de km2 y más de 70,000 km de costa, son fundamentales para la adaptación y protección ante el cambio climático.
América Latina y el Caribe, con seis de los países más biodiversos del mundo, alberga el 70% de las especies de mamíferos, aves, reptiles, anfibios, plantas e insectos. La capacidad de estos ecosistemas para moderar eventos climáticos extremos y absorber emisiones de carbono los coloca en una posición crucial en la lucha global contra el cambio climático.
La región, considerada una pieza clave para resolver la crisis climática, tiene el potencial de lograr un tercio de la reducción de emisiones necesaria en la próxima década al mejorar la capacidad de la naturaleza para absorberlas. En este contexto, la atención mundial se centra en cómo América Latina y el Caribe utilizará sus recursos naturales y biodiversidad para liderar la lucha contra el cambio climático y forjar un futuro más sostenible para todos.