Estos microorganismos, específicamente cepas de Beauveria bassiana, han demostrado ser una alternativa promisoria y sostenible en comparación con los acaricidas químicos tradicionales, que suelen tener altas tasas de resistencia y son menos efectivos.
Julieta Posadas, investigadora del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMyZA) del INTA Castelar, explicó que las cepas seleccionadas provienen de muestras de suelo de zonas endémicas en Argentina. A través de un meticuloso proceso que incluyó la confección de tablas de vida y estimaciones de parámetros poblacionales, se seleccionaron las cepas más virulentas. Estas pruebas revelaron que la cepa B. bassiana 98 (Bb98) y B. bassiana 132 (Bb132) son especialmente efectivas, reduciendo significativamente la reproducción y aumentando la mortalidad de las garrapatas.
Ambas cepas no solo mostraron una alta efectividad, sino que también fueron compatibles con acaricidas comerciales y presentaron bajos valores de concentración letal (CL50), lo que indica un menor riesgo para el medio ambiente. Además, estos hallazgos sugieren que el uso de Beauveria bassiana puede integrarse de manera efectiva en el control de garrapatas, ayudando a preservar la funcionalidad de las drogas acaricidas y la seguridad alimentaria.
Viviana Gómez, especialista del INTA Colonia Benítez, destacó que el beneficio principal de estas cepas fúngicas es su contribución a un control integrado de las garrapatas, respetando la sustentabilidad ambiental y reduciendo los problemas sanitarios asociados como la miasis y la transmisión de enfermedades como la babesiosis y anaplasmosis bovina.
Este avance representa un importante paso hacia un manejo más ecológico y económico de las parasitosis en la ganadería, potencialmente reduciendo las pérdidas económicas significativas causadas por estas infestaciones y elevando el bienestar animal en las explotaciones ganaderas de la región.