Las empresas de energía solar están ofreciendo más de $1.000 por acre (aproximadamente $2.471 por hectárea) a los agricultores estadounidenses para arrendar sus tierras, revela una encuesta reciente. Esta tendencia, impulsada por el plan de energía limpia de la administración Biden, busca alcanzar una red eléctrica neta cero para 2035.
Michael Langemeier, economista agrícola de la Universidad Purdue, destacó que el Barómetro de la Economía Agrícola muestra que un 19% de los agricultores han estado en conversaciones para arrendar sus tierras para proyectos solares. Este dato representa un aumento significativo comparado con el 12% registrado en marzo, indicando un creciente interés en el arrendamiento de tierras agrícolas para la instalación de energía solar.
La encuesta también mostró que las tarifas ofrecidas por las empresas solares pueden superar los $1.200 por acre, con un 58% de los agricultores recibiendo ofertas mayores a $1.000 por acre. Estas cifras son significativamente más altas que las rentas en efectivo tradicionales, lo que podría tener un impacto considerable en los valores de las tierras agrícolas.
Según Langemeier, esta situación podría ejercer una presión al alza sobre las rentas en efectivo y los valores de la tierra, especialmente en áreas donde los arrendamientos de energía solar son comunes. David Muth de Peoples Company Capital Markets comentó que incluso una tarifa de $750 por acre sería alta en regiones como las Grandes Llanuras, donde las rentas son tradicionalmente bajas.
Esta oportunidad resulta especialmente atractiva en un contexto donde muchos agricultores enfrentan precios de cultivos inferiores a sus costos de producción. Sin embargo, la encuesta de abril de Ag Economists Monthly Monitor de la Universidad Purdue mostró que la confianza de los agricultores está cayendo, con el índice de sentimiento más bajo desde junio de 2022 y preocupaciones sobre el desempeño financiero futuro.
La encuesta, que se llevó a cabo del 8 al 12 de abril de 2024, revela una visión menos optimista de la situación actual en las granjas y una creciente preocupación sobre el futuro económico en el sector agrícola, a pesar de las oportunidades presentadas por el aumento en los arrendamientos para proyectos de energía solar.