La amenaza de la chicharrita (Dalbulus maidis) no da tregua. Según el último relevamiento de la Red Nacional de Monitoreo, las poblaciones del insecto vector volvieron a crecer en buena parte de las regiones productoras, confirmando una tendencia ascendente que ya se había advertido en reportes previos. Si bien el maíz de la campaña 2024/25 ya superó el período de vulnerabilidad, el llamado de atención sigue firme: monitorear sigue siendo clave.
El informe número 17 de la Red, elaborado entre el 29 de marzo y el 14 de abril, abarcó 389 localidades en todo el país y reveló un aumento poblacional significativo, particularmente en zonas endémicas. Solo el Litoral mostró cierta estabilidad, mientras que en el resto de las áreas maiceras las capturas de chicharritas crecieron sostenidamente.
Una campaña sin sobresaltos... gracias al monitoreo
El seguimiento regional cumplió un rol decisivo durante esta campaña. Gracias a las detecciones tempranas y a la rápida reacción de los productores, se evitó una situación crítica como la vivida en 2023/24, cuando el avance del vector y los patógenos que transmite provocaron fuertes pérdidas en el rendimiento del maíz.
Según Alejandro Vera, investigador de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) y coordinador de la Red, este año el trabajo preventivo funcionó, pero no es momento de relajarse:
"Hoy más del 90% de los lotes están fuera del período crítico o ya fueron cosechados, pero eso no significa que el problema esté resuelto. Es esencial seguir monitoreando para comprender mejor la dinámica del vector".
Fin de los controles y condiciones ideales para su expansión
El final de los tratamientos fitosanitarios y las condiciones climáticas templadas propias del otoño generaron un contexto favorable para la expansión de las poblaciones. Incluso sin maíces susceptibles, la chicharrita mantiene su presencia en el agroecosistema y podría reaparecer con fuerza en la próxima campaña si no se la sigue de cerca.
Desde la Red Nacional insisten en la importancia de continuar utilizando trampas e inspecciones directas en el terreno, especialmente durante estos meses en los que no hay siembras en curso. El objetivo es anticiparse, generar datos y afinar la toma de decisiones para las estrategias de control del ciclo 2025/26.
"Estamos ante un problema complejo, cuyas soluciones no son automáticas ni universales. Lo que aprendamos ahora nos ayudará a mejorar nuestras respuestas futuras", remarcó Vera.
Una herramienta estratégica para el agro
La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis se ha consolidado como una herramienta clave en la gestión sanitaria del maíz argentino, permitiendo a productores, asesores y técnicos anticiparse a amenazas que, de no mediar alertas tempranas, podrían volver a comprometer seriamente la productividad.
La recomendación es clara: aunque el riesgo inmediato haya pasado, el monitoreo no debe detenerse.