El Congreso Maizar 2023 se convirtió en un espacio propicio para analizar la apertura de nuevos mercados para la agroindustria argentina. Durante uno de los paneles, destacados exponentes como Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC); Marisa Bircher, exsecretaria de Comercio Exterior; y el especialista en negocios internacionales, Marcelo Elizondo, ofrecieron sus puntos de vista sobre esta cuestión.
Si bien todos los panelistas reconocieron las complejidades del panorama global para expandir los mercados, el presidente de los exportadores llevó el debate directamente al ámbito político. En un año electoral, donde las candidaturas se definirán en junio, el sector exportador -sin abandonar su postura habitual- ha intensificado sus críticas y busca marcar la agenda para el próximo gobierno que asumirá el 10 de diciembre.
"En Argentina, hay más expertos en cerrar mercados que en comercio exterior y relaciones internacionales. Tenemos más ministerios que obstaculizan el comercio exterior que personas que promueven la apertura de mercados", lamentó Idígoras.
A lo largo de los últimos años, los exportadores han respaldado algunas de las medidas adoptadas por el gobierno para sostener el mercado interno y estimular la liquidación de divisas. Sin embargo, en medio de la contienda electoral, este sector ha dejado en claro que, además de las retenciones, es necesario dejar de lado otras medidas como los fideicomisos, el "dólar soja" y los volúmenes de exportación.
"Esperamos que el 11 de diciembre de 2023, el nuevo gobierno se asemeje al resto del mundo y elimine todas estas trabas a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia", instó Idígoras.
En su argumentación, resaltó el papel del maíz durante 2022 como el cultivo con mayor volumen exportado y la mayor cantidad de mercados, alrededor de 117. Sin embargo, destacó las dificultades que enfrenta el negocio en Argentina en comparación con la libertad operativa que disfrutan los agricultores estadounidenses y los productores brasileños.
Idígoras enumeró los obstáculos que la producción nacional de maíz debe enfrentar en comparación con estos dos competidores de peso:
Argentina aplica un impuesto del 12% a cada barco que sale al mundo.
Argentina establece cuotas anuales, siendo de 20 millones de toneladas este año.
Cada embarque en Argentina debe ser registrado hasta 360 días antes, con aperturas de cupos que generan pérdidas millonarias para los exportadores.
En Argentina, las retenciones deben pagarse hasta un año antes.
Los múltiples cambios en Argentina van en contra del comercio exterior.
El directivo ilustró estos obstáculos con un ejemplo sobre el despacho de cereal. "Cuando abastecemos de maíz al sudeste asiático, el envío se realiza en barco y tarda un mes, pero debemos presentar el flujo de esa exportación en 15 días", explicó. "Si nos excedemos en ese plazo, los directores de las empresas pueden ser detenidos", agregó.
La postura crítica de los agroexportadores pone de manifiesto la necesidad de revisar las políticas de comercio exterior en Argentina y buscar soluciones que fomenten la apertura de mercados y promuevan un ambiente favorable para las exportaciones del sector agroindustrial.