Algunos de los puntos más polémicos de la reforma laboral, que fue radicada en el Congreso, son los cambios en la tercerización, los contratos por prestación de servicios y los recargos, pues tendrían efectos directos en sectores estacionales o que trabajan por temporadas, como el comercio, la hotelería y la agricultura.
Y es que, por ejemplo, en cuanto a la contratación, entre los mayores cambios están las limitaciones a la prestación de servicios, pues no se podrán vincular mediante esta modalidad a las personas que realizan actividades permanentes y subordinadas en empresas. Es decir, esto solo se permitirá para proyectos temporales que tengan fecha de inicio y entrega final.
Por otra parte, la reforma establece que en los contratos por obra o labor el trabajador tendrá derecho al pago de vacaciones y prestaciones sociales. Y estos deben hacerse por escrito o de lo contrario se entenderá que serán a término indefinido.
En cuanto a los contratos por término fijo y la tercerización, el primero de ellos deberá ser superior a un mes y hasta por dos años. Para lo segundo, la reforma establece que cuando se contrate o subcontrate la ejecución de obras, trabajos o la prestación de servicios relativos a la actividad principal de la empresa, los trabajadores del contratista o subcontratista tendrán los mismos derechos salariales y prestacionales que los de la empresa principal.
Y a todo esto se suma que la jornada nocturna empezaría a las 6:00 p.m. y terminaría las 6:00 a.m. Además, se aumentaría el pago a 100% del recargo dominical y festivo, que hoy es de 75%.
Así, muchos de estos cambios son los que han levantado ampolla en algunos sectores productivos, pues los costos laborales se incrementarían. EL COLOMBIANO recopiló las voces de algunos de ellos y su percepción de los efectos que traería de aprobarse la nueva reforma laboral.
Reglamentar el agro
Uno de los puntos que trae la reforma laboral es la figura del contrato agropecuario. En este, que será solo para el primer eslabón de la cadena, se podrá acordar el pago del salario bajo la modalidad de un jornal agropecuario, el cual no podrá ser inferior al salario mínimo legal diario.
Álvaro Jaramillo, gerente del Comité de Cafeteros de Antioquia, ve en esto un problema, pues "en el caso del café, el empleador va a decir ?cómo le voy a pagar al valor de un mínimo diario y que el trabajador me recoja bien poquito.
Y también hay recolectores muy buenos, que se ganan en un día hasta $180.000. Ellos no querrán renunciar a eso, o comenzarán a rendir menos".
A su turno, José María Henao, empresario y caficultor de Andes, Antioquia, sostuvo que ve dificultades en la contratación, pues muchas empresas no solo recolectan café sino que realizan otros procesos de transformación, los cuales están excluidos en este tipo de contrato agropecuario. "También hay trabajadores que van a la finca por la cosecha y al otro día se van, entonces es difícil definir un contrato laboral bajo esta realidad".
Mipymes, preocupa tercerización
Obligar a las grandes empresas a producir todo lo que necesitan o a contratar todo directamente, según advierte la Andi, desaparecería a una gran cantidad de pequeñas y medianas compañías que proveen sus productos bajo esta modalidad.
Es el caso de Rafael Felipe Gómez, fundador de Deraíz Abogados, empresa dedicada a brindar asesorías a otras compañías del sector formal. Para él, la reforma, contrario a incentivar la formalización laboral, puede provocar la disminución masiva de las nóminas ante el incremento de requisitos y costos para los empresarios.
"La reforma es ambiciosa, pero puede acentuar aún más la brecha de la informalidad y el desempleo, pues no poder tercerizar cumpliendo las normas vigentes, el incremento de los costos fijos al empresario, la eliminación del despido indemnizado sin justa causa y las horas extras de los sábados, aunque podría verse como una propuesta progresiva realmente acentúa la dificultad para hacer empresa", sostuvo.
Comercio, ¿más informalidad?
Duber Ledesma, líder de Centro Unido, gremio que agrupa a los comerciantes del Centro de Medellín, cuenta que en El Hueco tanto la mercancía como la tasa de empleabilidad se ven alterados por las temporadas, por lo que la limitación de los contratos por prestación de servicios los afectaría sustancialmente. "El comercio depende de épocas como la navideña, escolar, Amor y Amistad, etc; por lo que contratar gente durante todo el año para nosotros no es sostenible en el tiempo", dijo.
Y agregó que los recargos nocturnos y horas extras también les haría hueco, pues un encarecimiento de la contratación de personal provocaría un reajuste de precios y una reducción de personal, ya que se buscaría la sustitución de mano de obra por automatización de procesos, así como mejorar la productividad de los empleados fijos. "Esta reforma beneficia los trabajadores fijos, pero, al contrario, se incrementaría la informalidad en este sector, en el que ya tenemos más de 20.000 vendedores informales", puntualizó Ledesma.
Hotelería: ojo a horas nocturnas
El turismo en Colombia depende en gran medida de las festividades y temporadas vacacionales.
Por esto, para José Andrés Duarte, presidente de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), si el país recibiera 80 millones de turistas al año, como Francia y España, no se vería tan afectado por la estacionalidad, pero ahora el turismo tiene unos picos específicos, por lo que, agregó, "si los contratos indefinidos serán la regla general, entonces hay que profundizar para tener una reforma que comprenda las realidades del sector".
Por su parte, un empresario turístico, quien pidió la reserva de su nombre, afirmó que el hecho de que los hoteles operen las 24 horas del día y emplean más personal en las noches y fines de semana, hace que el pago de horas dominicales y festivas sobre el 100% genera preocupación, pues muchos de los establecimientos, sobre todo pequeños y medianos, aún no recuperan el efecto inflacionario y el aumento de costos operacionales que tuvieron en 2022, por lo que su músculo financiero no es fuerte para asumir más cargas.