Sobre todo, para manifestarse contra el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur. Entre las acciones de protesta, destacan bloqueos de carreteras y manifestaciones en diferentes regiones de Francia.
Las primeras acciones comenzaron el domingo en la carretera nacional N118, cerca de París, donde decenas de agricultores pasaron la noche con una quincena de tractores, manteniendo el bloqueo del tránsito. Desde primeras horas del lunes, se han reportado otras "operaciones caracol" para ralentizar el tráfico y concentraciones frente a las prefecturas en regiones como Auvernia-Ródano-Alpes, Borgoña-Franco Condado, Gran Este, Nueva Aquitania, Occitania, Provenza-Alpes-Costa Azul y País del Loira.
Las protestas continuarán en los próximos días. Para el martes, está previsto un bloqueo de la autopista A9 en el paso fronterizo con España en Le Boulou, uno de los principales puntos de entrada de camiones españoles hacia Francia y el resto de Europa.
La movilización, impulsada por la Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA), principal organización del sector, responde al mensaje emitido por el presidente francés, Emmanuel Macron, quien el domingo desde Buenos Aires intentó calmar los ánimos tras su reunión con el presidente argentino Javier Milei. Macron aseguró que Francia no firmará el acuerdo UE-Mercosur "tal como está" en su forma actual.
Sin embargo, la FNSEA expresó su escepticismo en redes sociales, señalando que "la realidad es que (Macron) no logra convencer". La organización enfatizó que para tranquilizar al sector agrícola, el presidente debería anunciar de manera clara el uso del veto francés al acuerdo si este llegara a firmarse.
La política comercial europea es gestionada por la Comisión Europea, que en las últimas semanas ha mostrado su intención de avanzar con este acuerdo, cerrado en 2019 tras dos décadas de negociaciones. Frente a este escenario, los dirigentes franceses buscan formar una coalición con otros países para aplicar un veto efectivo, dado que Francia, por sí sola, no puede bloquear formalmente el tratado.
La FNSEA y los sindicatos agrícolas franceses mantienen su presión con estas protestas, dejando claro que el sector agrícola no aceptará un acuerdo que consideran lesivo para sus intereses y que podría abrir las puertas a productos que no cumplen con los estándares europeos.