Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas que cumplían funciones en el área de courier de Ezeiza se llevaron una sorpresa al descubrir que dos paquetes con destino Hong Kong no llevaban el trivial contenido que figuraba en sus documentos. En vez, llevaban una sustancia cuyo precio por gramo puede incluso superar el del oro: cálculos biliares bovinos.
El remitente de uno de los envíos postales era una empresa argentina, con base en CABA, que había documentado 1 kg de piedras abrasivas con un valor de u$s86. El otro paquete había sido enviado por un particular de Córdoba, que por su parte, declaró "piedras" de 1,5 kg, valuadas en u$s50. Los dos iban dirigidos al mencionado destino asiático.
En ambos casos, el procedimiento se dio de manera similar: los respectivos paquetes fueron inspeccionados mediante el método no intrusivo del escáner, que arrojó imágenes sospechosas. Luego, las dudas de los inspectores fueron respaldadas por los canes aduaneros, que señalaron esos paquetes en una prueba.
Así, los agentes de la Aduana procedieron a la apertura de los envíos postales, confirmando lo que a esa altura ya sospechaban: ambos contenían cálculos biliares bovinos -1 kg en el enviado desde CABA y 2 kg en el de remitente de Córdoba. Cabe mencionar, el valor estimado de la mercadería asciende a u$s60 mil, por lo cual el precio documentado había sido extremadamente subvaluado, infracción tipificada en el artículo 954 del Código Aduanero.
Además, ambos envíos carecían del debido Certificado Sanitario de Exportación del SENASA, condición sine qua non para productos de origen animal dedicados al comercio exterior. En ese marco, los inspectores de la Aduana resolvieron el secuestro de la mercadería. Los responsables de los envíos postales podrían recibir multas por declaraciones inexactas.
¿Qué son los cálculos biliares bovinos?
Se trata de piedras que pueden ser encontradas en la vesícula de las vacas. Se generan por razones como una alimentación no balanceada, exceso de proteínas, poca hidratación o una edad avanzada, entre otras causas relacionadas con la salud del animal.
¿Cómo se obtienen?
Abrir la vesícula para controlar la presencia o no de cálculos es una acción de rutina entre los procedimientos habitualmente realizados sobre los bovinos -específicamente, cuando se los lleva al frigorífico. Los cálculos deben ser tomados al realizar la apertura del animal en el momento del sacrificio, luego de la extracción de las vísceras. La bilis debe ser filtrada para que después puedan ser comercializados.
Los cálculos biliares tienen un considerable valor comercial en muchas partes del mundo -especialmente, en el continente asiático. Se usan como materia prima para la elaboración de un amplio abanico de fármacos: para tratamientos hepáticos, antiinflamatorios, antifebriles, calmantes e incluso para la fabricación de anticonceptivos.