Este acuerdo marca el final del año paritario con un incremento salarial del 211.4%, una cifra que refleja el compromiso de las partes por asegurar condiciones laborales justas en un contexto económico desafiante.
La negociación, liderada por la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo (SOEA), ha establecido un nuevo hito en la lucha por un salario digno. En concreto, el salario básico para la categoría inicial, peón, se ha fijado en $ 992.161,89 para 2024, un 41% más en comparación con las cifras del año anterior.
Además de este aumento sustancial, los trabajadores recibirán un bono extraordinario de $644.010,07, manteniendo así la tradición de bonificaciones anuales que simbolizan la participación de los trabajadores en las ganancias del sector desde 2010. Este bono, junto con el incremento salarial, subraya el esfuerzo del gremio por garantizar que los trabajadores puedan cubrir sus necesidades básicas en un panorama económico volátil.
El gremio, sin embargo, no solo celebra estos logros, sino que también adopta una postura firme frente a los desafíos políticos y sociales actuales. Expresan una resistencia decidida ante los ataques a los derechos laborales bajo el nuevo gobierno de Javier Milei, reafirmando su compromiso con la defensa del Salario Mínimo Vital y Móvil y otros derechos consagrados en la Constitución Nacional. En este contexto, el sindicato ha confirmado su adhesión al paro general convocado por la CGT este 24 de enero.
En cuanto a la sostenibilidad de este acuerdo, Daniel Yofra, titular del gremio, ha señalado la necesidad de una revisión en marzo, adelantándose a los plazos previstos debido a la inestabilidad económica y los crecientes niveles de pobreza en el país. Esta medida pretende asegurar que los salarios se mantengan en línea con las condiciones económicas cambiantes, protegiendo así el poder adquisitivo de los trabajadores aceiteros.
En resumen, este acuerdo no solo representa un avance económico para los trabajadores del sector oleaginoso y algodonero sino también un acto de solidaridad y conciencia de clase que refuerza la lucha continua por condiciones laborales justas y dignas en Argentina.