Aunque el veredicto puede ser apelado, el fallo sigue a una demanda presentada por el grupo de derechos de los animales, el Foro Nacional para la Protección y Defensa de los Animales, en 2017 solicitando la prohibición.
Según Reuters , el grupo activista calificó el fallo de Gomes como "histórico" porque reconoció el sufrimiento de los animales, comparando la actividad con la trata de personas y la esclavitud.
"Los animales no son cosas. Son seres vivos sintientes, es decir, individuos que sienten hambre, sed, dolor, frío, angustia, miedo", escribió Gomes en la sentencia.
Carlos Favaro, ministro de agricultura de Brasil, dijo a Reuters al margen de un evento de la industria de la carne de res que no había hablado con el procurador general sobre si el gobierno federal apelaría la decisión. Y si bien se deben cumplir las órdenes judiciales, los alojamientos en los que viajan los animales son adecuados y favorecen la continuación del desarrollo del ganado.
Brasil exporta principalmente ganado vivo a países en desarrollo, incluidos los de Medio Oriente, Irak, Jordania y Turquía. Solo el año pasado, las exportaciones de ganado vivo de Brasil se valoraron en alrededor de 190 millones de dólares.
En 2018, Gomes emitió una orden judicial que otorgaba una medida cautelar para suspender la exportación de ganado vivo del país después de que un informe veterinario indicara que los animales enviados a bordo del MV Nada a Turquía estaban alojados en espacios pequeños y antihigiénicos.
Según se informa, la orden judicial de 2018 de Gomes se hizo "para evitar la exportación para sacrificio de animales vivos, desde todo el territorio nacional, hasta que el país de destino (Turquía) adopte prácticas de sacrificio en línea con las del sistema legal brasileño".
Sin embargo, la última decisión se aplica a una suspensión nacional de todo el ganado de Brasil hasta que los mercados de exportación puedan garantizar un tratamiento adecuado del ganado.
"Esperamos que la exportación de animales vivos se prohíba definitivamente", dijo Patrycia Sato, cirujana veterinaria y coordinadora de bienestar animal del miembro del grupo de derechos de los animales, en un comunicado luego de la orden de 2018. Los informes no indican si Sato fue el veterinario que inspeccionó el barco MV Nada.