Ante el cierre de las exportaciones de harina y aceite de soja anunciado el 13 de marzo expresamos nuestra inmensa preocupación y desacuerdo, dado que estas medidas como bien se sabe van en contra del aumento de producción y colaboran con la retracción de inversiones. Este tipo de recetas ya se han aplicado y no han funcionado, sino todo lo contrario. Sumado a que suelen ser la antesala de un aumento de retenciones.
Argentina ha disminuido su producción de soja en los últimos 10 años. La meta es alcanzar 70 millones de toneladas pero estas decisiones atentan directamente contra estas posibilidades. Sin dudas, el camino es otro, hay numerosos ejemplos que lo demuestran, solo tenemos que observar a nuestros países vecinos.
El contexto actual nos da una oportunidad de crecimiento y con los precios actuales se podrían reducir las cargas fiscales sobre el sector, justamente para impulsar el desarrollo que el país tanto necesita incrementando la producción y generando trabajo.