El presidente Donald Trump volvió a sacudir el tablero global al anunciar aranceles del 25% a la importación de vehículos y autopartes, en una medida que busca fortalecer la industria automotriz estadounidense pero que podría tener consecuencias a escala internacional.
La medida, que entrará en vigor el próximo 3 de abril, afectará principalmente a México, Japón, Corea del Sur, Alemania, Canadá y el Reino Unido, los principales exportadores de autos al mercado norteamericano.
"Este es el inicio del 'Día de la Liberación' de Estados Unidos", dijo Trump en su discurso, asegurando que la medida atraerá inversión y recuperará empleos perdidos por el "comercio injusto".
Los efectos ya comenzaron a sentirse: las acciones de las automotrices cayeron en las principales bolsas del mundo y las cadenas de suministro globales enfrentan una disrupción significativa. El caso más extremo es el de los vehículos eléctricos chinos, que pasarán de tener un arancel del 100% (vigente desde la era Biden) a un 125%.
Si bien Argentina no exporta vehículos a Estados Unidos y no está directamente afectada por la medida, algunos analistas estiman que el reacomodamiento del comercio automotor podría derivar en un mayor flujo de vehículos hacia mercados alternativos, como América Latina, ante la caída de ventas en EE.UU.
"Podría haber una mayor oferta hacia la región, con mejores precios, aunque aún es prematuro para medirlo", sostienen fuentes del sector.
En particular, las importaciones argentinas desde México podrían tener algún movimiento. Dado que existe un acuerdo de libre comercio, es posible que algunos modelos que estaban destinados a EE.UU. se redirijan hacia mercados periféricos como el argentino. Sin embargo, los volúmenes serían reducidos.
"La Argentina es un mercado muy chico como para tener un cambio relevante. El impacto será mínimo", reconoció un empresario local del sector.
El movimiento arancelario de Trump podría incentivar a los fabricantes internacionales a instalar plantas en EE.UU. para evitar los nuevos gravámenes. Marcas como Honda ya anunciaron planes para fabricar modelos que estaban previstos para México en suelo estadounidense.
En ese contexto, América Latina podría convertirse en una alternativa para compensar la caída de ventas en EE.UU., ya sea como mercado de destino o como centro logístico más competitivo.
La reacción internacional no se hizo esperar. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, expresó su rechazo:
"Lamento profundamente la decisión estadounidense. La UE seguirá buscando soluciones negociadas", afirmó en un comunicado.
El tablero global del comercio automotor está en movimiento. Aunque Argentina no está en el centro de la escena, los reacomodamientos globales podrían alterar el equilibrio regional, afectando la disponibilidad de modelos, precios y estrategias de mercado.