Esta tendencia podría afectar considerablemente a los grandes fabricantes de agroquímicos, como Bayer, y también impactar a competidores como Syngenta, Corteva y BASF, que podrían ver sus resultados presionados por la preferencia de productos más económicos.
Con un contexto de márgenes ajustados para la próxima primavera, los productores agrícolas están reconsiderando sus gastos en fertilizantes y productos de protección de cultivos. Según Mac Marshall, fundador de Balcony View Consulting, muchos agricultores eligen productos genéricos cuando encuentran una opción más barata compatible con las semillas que utilizan, especialmente si estas toleran herbicidas específicos sin afectar al cultivo.
El auge de los genéricos en agroquímicos es cada vez más evidente: alrededor del 80% del mercado está compuesto por productos fuera de patente, impulsado por la expiración de patentes de ingredientes activos como el glifosato, el herbicida más utilizado en el mundo. Más de 20 patentes de ingredientes activos han expirado en los últimos cinco años, aumentando la disponibilidad de opciones de bajo costo para los agricultores.
La presión económica también ha afectado a los gigantes del sector. Las acciones de Bayer cayeron a su nivel más bajo en 20 años tras advertir sobre la debilidad de los mercados agrícolas globales y la recesión en la economía agrícola estadounidense. Esto se suma a una tendencia observada en los distribuidores de granos del Medio Oeste estadounidense, donde cada vez más clientes reducen sus presupuestos para pesticidas y herbicidas.
Productores como Paul Butler y Jeff O'Connor, de Illinois, están adoptando productos genéricos para sus cultivos de soja y maíz como una medida de ahorro, aunque reconocen que estos productos tienen limitaciones. Según el agricultor Caleb Hamer, los genéricos suelen carecer de seguros que cubran el costo de volver a aplicar el producto en caso de que no funcione adecuadamente.
Por otro lado, algunos agricultores están invirtiendo en tecnología y equipos que permiten tratar directamente las malas hierbas y plagas en sus campos, reduciendo así su dependencia de productos químicos. Como explica Matt Carstens, director ejecutivo de Landus y Conduit, esta estrategia permite a los productores evaluar si realmente necesitan una marca reconocida que incluya políticas de seguro y respaldo, o si pueden optar por opciones de bajo costo que ajusten sus finanzas sin comprometer la protección de sus cultivos.
La situación refleja un cambio en el comportamiento de compra de los agricultores, con consecuencias significativas para la industria agroquímica mundial, que deberá adaptarse a esta creciente preferencia por alternativas más económicas en un momento de desafíos financieros en el sector agrícola.