La tendencia bajista, que lleva casi dos meses y suma un 14% de pérdida, se atribuye a factores como las lluvias en zonas agrícolas de Brasil y las perspectivas optimistas para la producción en Argentina.
Entre las consideraciones que influyen en la corriente bajista, se destacan las proyecciones oficiales de la nueva cosecha de Brasil que superan las expectativas de los operadores, así como la regularidad de las lluvias que podrían mejorar las condiciones de los cultivos en el país. Sin embargo, la discrepancia entre las cifras oficiales y las proyectadas por la Asociación Brasileña de Productores de Soja (Aprosoja) genera controversia y afecta la tendencia de los precios.
En Argentina, las recientes lluvias han fortalecido las perspectivas para la nueva cosecha de soja, con la Bolsa de Comercio de Rosario incrementando su previsión y el USDA ajustando la proyección argentina hacia arriba. Para los operadores, el retorno de la oferta argentina de soja neutralizará la influencia alcista que podría tener una caída en la producción brasileña, siempre que esta última mantenga un volumen en torno a los 150 millones de toneladas.
El valor de la harina de soja también cayó en Chicago, con la posición marzo disminuyendo un 3,3%, reflejando tanto el retorno al mercado de Argentina como el principal exportador mundial, como el aumento de la molienda de soja en Estados Unidos. Además, en el mercado local argentino, los volúmenes comercializados de soja son mínimos, con una disminución en las propuestas de las fábricas por el grano disponible.
En el ámbito del mercado de exportación, el valor FOB de la soja y la harina de soja en los puertos argentinos registró una caída, mientras que el precio del aceite de soja experimentó un aumento.
Esta situación en el mercado de la soja resalta la influencia de factores climáticos y de producción en las perspectivas y precios del mercado, así como la interconexión entre las realidades agrícolas de diferentes países y su impacto en el comercio internacional de productos agrícolas.