Un equipo de investigadores de la Universidad de Georgia (UGA), la Universidad de Missouri y el USDA ha logrado un avance significativo en la agricultura con el descubrimiento del gen GmSNAP02 en la soja. Este descubrimiento es crucial para los agricultores, especialmente en EE. UU., ya que el Nematodo del Quiste de la Soja (SCN) representa la plaga más costosa para la soja, causando pérdidas millonarias anualmente.
Tecnología CRISPR-Cas9 en la Agricultura El equipo utilizó la avanzada tecnología de edición genómica CRISPR-Cas9 para identificar la resistencia al SCN en plantas de soja modificadas. Vinavi Gamage, del Instituto de Mejoramiento Vegetal, Genética y Genómica (IPBGG) de la UGA y coautor principal del estudio, enfatizó la precisión de la tecnología CRISPR-Cas9 para confirmar la función de GmSNAP02 en la resistencia a SCN. Este hallazgo no solo identifica un nuevo gen de resistencia, sino que también muestra la posibilidad de su edición genética, facilitando y acelerando el desarrollo de variedades de soja más resistentes.
Comprensión Mejorada de la Resistencia Genética Los investigadores, incluyendo a Melissa Mitchum, profesora de fitopatología e IPBGG de la UGA, han adquirido nuevos conocimientos sobre cómo el SCN supera la resistencia genética en la soja. Mitchum destacó la importancia de comprender mejor este mecanismo para mejorar la durabilidad de los genes de resistencia y ofrecer a los agricultores enfoques de gestión más efectivos.
Liderazgo en la Investigación El proyecto fue dirigido por Melissa Mitchum y Andrew Scaboo, profesor asistente en la división de ciencia y tecnología vegetal de la Universidad de Missouri. Su trabajo conjunto representa un gran paso en la búsqueda de soluciones sostenibles y eficaces para combatir plagas en la agricultura, particularmente en cultivos de soja.
Este descubrimiento marca un hito importante en el campo de la fitomejoración y la protección de cultivos, ofreciendo esperanzas renovadas para la lucha contra plagas que afectan a cultivos esenciales como la soja. La aplicación de la tecnología CRISPR-Cas9 en este contexto abre nuevas posibilidades para el mejoramiento genético de plantas, con un impacto potencialmente significativo en la productividad y sostenibilidad de la agricultura moderna.