Apuesta por la sustentabilidad en campos alquilados: un desafío superado
En un contexto donde el corto plazo suele prevalecer, hay empresas que logran proyectarse y ser sustentables a pesar de enfrentar numerosos desafíos en la producción agrícola argentina. La Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) ha advertido recientemente sobre la disminución de las prácticas de siembra directa en el país, una tecnología que una vez abarcó más del 90% de las tierras cultivadas y contribuyó a un aumento en la productividad y al cuidado del medio ambiente. Sin embargo, a pesar de los obstáculos, existen ejemplos inspiradores de productores que logran ser sustentables en campos alquilados.
Un factor que afecta la sustentabilidad es el régimen de arrendamiento anual, según revela un informe de la Aapresid. El 60% de las tierras agrícolas en Argentina se encuentra bajo este régimen, lo cual genera incertidumbre y dificulta la planificación a largo plazo. Como resultado, muchos productores se ven limitados en la implementación de cultivos invernales y en la reposición de nutrientes. Además, los contratos anuales suelen concretarse tardíamente, lo que lleva a la presencia de malezas avanzadas en los campos y dificulta el control no mecánico.
No obstante, hay empresas como Man Agro, socia de Aapresid y con sede en Pergamino, que han logrado adoptar un enfoque sustentable en campos alquilados. Man Agro opera bajo contratos de alquiler de largo plazo con renovación anual, y su estrategia se basa en trabajar los campos como si fueran propios. Mediante la implementación de rotaciones, cultivos de cobertura, fertilización y mejoras, logran aumentar la productividad y reducir la variación de rendimiento. Esta visión a largo plazo les permite mantenerse competitivos y garantizar una tasa de renovación del 95% en sus contratos.
Uno de los desafíos que enfrentan es concientizar a los propietarios de la tierra sobre los beneficios de prácticas sustentables. Man Agro dedica tiempo y esfuerzo a negociar con los propietarios, explicando cómo ciertas prácticas como los cultivos de cobertura y la fertilización pueden beneficiar sus activos. Incluso han financiado mejoras en los campos, como la construcción de canales o curvas de nivel, a cambio de saldos de arrendamiento. Sin embargo, es fundamental diferenciar entre propietarios con mentalidad de agricultores, que comprenden y valoran las prácticas sustentables, y aquellos que solo buscan maximizar sus beneficios económicos sin considerar la conservación del suelo.
La importancia de cuidar el suelo es un asunto que debe ser abordado por el Estado argentino. Aapresid propone que el Estado promueva el manejo sustentable mediante incentivos fiscales a propietarios de campos que establezcan contratos de arrendamiento a largo plazo, así como la implementación de planes de uso del suelo. Además, Man Agro destaca la importancia de incluir gramíneas en las rotaciones y sugiere quese incentiven estas prácticas. Por otro lado, se hace hincapié en que el Estado también debe revisar su política fiscal, como las retenciones y el sistema de amortización de mejoras, para evitar impulsar un modelo de producción excesivamente dependiente de la soja y que contribuya a la degradación de los suelos.
En conclusión, aunque existen desafíos significativos, es posible lograr la sustentabilidad en campos alquilados. Empresas como Man Agro demuestran que trabajar los campos a largo plazo, implementando prácticas sustentables y estableciendo relaciones sólidas con los propietarios de la tierra, puede conducir a resultados exitosos. Es fundamental que tanto el sector privado como el Estado se comprometan en promover y facilitar el manejo sustentable, reconociendo el valor del suelo como un bien común y estableciendo políticas que incentiven prácticas responsables.