En respuesta, el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), está implementando un proyecto de restauración de paisajes para detener y revertir la degradación de la tierra, aumentar la resiliencia de las comunidades rurales y mejorar la seguridad alimentaria en el área.
El Corredor Seco centroamericano, que se extiende por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, se enfrenta a largos períodos de sequía alternados con fuertes lluvias, lo cual ha puesto en peligro los medios de vida y la seguridad alimentaria de aproximadamente 10 millones de habitantes. La crisis climática ha convertido el acto de sembrar en una apuesta arriesgada para los agricultores de la región, que se encuentran en riesgo de ruina debido a las condiciones meteorológicas extremas.
En 2015, la sequía agravada por el fenómeno climático de "El Niño" causó pérdidas significativas en la cosecha de maíz, llegando a estimarse una disminución del 60% en las zonas afectadas. Posteriormente, cinco años de sequía dejaron a 1,2 millones de personas necesitadas de ayuda alimentaria en la región. En 2021, las comunidades de Honduras y Guatemala sufrieron graves pérdidas de cultivos debido a los huracanes Eta e Iota, agravando aún más la situación. Estos eventos extremos han llevado a más de 5 millones de personas a abandonar sus tierras, agravando la pobreza en el Corredor Seco.
En conmemoración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, el SICA y la FAO, en colaboración con otros asociados, están impulsando un proyecto para detener y revertir la degradación de la tierra en el Corredor Seco centroamericano. La iniciativa se basa en la restauración de paisajes mediante la implementación de prácticas climáticamente inteligentes, como la siembra de cultivos de cobertura y la combinación de árboles con plantas agrícolas. Este enfoque ha llevado a que el proyecto sea reconocido como una de las 10 primeras Iniciativas Emblemáticas de Restauración Mundial del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.
El objetivo para 2030 es restaurar 300.000 hectáreas de tierra y generar 5.000 empleos permanentes, al tiempo que se retiene una gran cantidad de carbono nocivo para el clima. Este proyecto busca no solo mejorar la seguridad alimentaria, sino también fortalecer la resiliencia de las comunidades rurales ante las condiciones climáticas adversas en el Corredor Seco centroamericano. La restauración de paisajes se presenta como la clave para permitir que las personas continúen cultivando sin temer por su futuro y lograr una mayor adaptación y prosperidad en estas difíciles condiciones.
Con este proyecto, el SICA, la FAO y sus asociados están marcando un paso importante en la lucha contra la crisis climática y sus efectos devastadores en la región del Corredor Seco. La restauración de paisajes y la implementación de prácticas climáticamente inteligentes se convierten en herramientas fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria y promover la resiliencia en estas comunidades afectadas.