La peor crisis del agua en Brasil en casi un siglo afectará la navegación fluvial y encarecerá el transporte de mercancías en el mayor exportador mundial de materias primas que van desde la soja hasta el café y el azúcar.
El miércoles, el ministro de Infraestructura, Tarcisio de Freitas, dijo que las medidas para ahorrar agua y dirigirla a la generación de energía interrumpirían inevitablemente la navegación en la vía fluvial Tiete-Paraná, que es la que más sufre por una sequía prolongada en el corazón del país agrícola de Brasil.
Freitas dijo que el gobierno reducirá el calado de los barcos en la cuenca del río Paraná, interrumpiendo los movimientos de carga hacia y desde estados agrícolas como Goias, Minas Gerais, Sao Paulo, Paraná y Mato Grosso do Sul. Esa cuenca forma parte de la cuarta vía fluvial más grande de Brasil para el transporte de carga.
"Si las empresas no pueden usar el río para mover mercancías porque bajan los niveles de agua, recurrirían a camiones", dijo Thiago Pera, coordinador de investigación logística de ESALQ, la facultad de agricultura de la Universidad de Sao Paulo. "Esto aumentará el costo del flete a medida que aumentan los precios del diésel".
Pera dijo que una reducción de los niveles de agua podría afectar los viajes de carga más largos en el sistema Paraná-Tiete, mientras que los viajes más cortos aún pueden ser posibles. Agregó que debido a una interrupción de la navegación en 2014, los operadores están mejor preparados para este tipo de eventos. Al mismo tiempo, el tema obstaculizó las inversiones para mejorar esa vía fluvial, que también se utiliza para importar granos de Paraguay.
El año pasado, casi 3,9 millones de toneladas de productos, incluidos soja y maíz, se trasladaron al sistema de Paraná, según datos del regulador portuario Antaq. Esto es inferior a un promedio de 5,6 millones de toneladas entre 2017 y 2019, mostraron los datos.
Freitas también dijo que el gobierno necesitará encender las centrales térmicas para garantizar el suministro de energía, ya que el potencial de generación hidroeléctrica de Brasil se ve comprometido por la sequía. (Reporte de Ana Mano y Rodrigo Viga Gaier. Editado por Alistair Bell.)